Animales de la Era Mesozoica Especies Que Habitaron La Tierra
ESPECIES ANIMALES QUE HABITARON EN EL MESOZOICO
¿Qué es y qué no es un dinosaurio?:
Con el término dinosaurio se denomina, en la actualidad, a todos aquellos reptiles que vivieron en el Mesozoico, eran terrestres y tenían las extremidades rectas, y no arqueadas hacia afuera como los cocodrilos y los lagartos.
Según esta definición, quedan excluidos pterosaurios, reptiles voladores contemporáneos de los dinosaurios, y losplesiosaurios, los reptiles acuáticos que dominaron los mares de la época.
Se consideran dinosaurios no solo los reptiles terrestres gigantes, sino también otros de tamaño medio o a algunos que tenían el tamaño de una gallina.
MONSTRUOS POR TODOS LADOS....
A pesar de que los peces, los primeros seres vivientes con espinazo flexible y esqueleto óseo, se convirtieron en los amos de los mares, la mayoría de ellos era completamente incapaz de adaptarse a la vida en la tierra.
Sólo los peces con pulmones podían permanecer por algunos momentos fuera del agua y aún estaban equipados pobremente para trasladarse en tierra.
Pero los anfibios, nacidos de huevos puestos en el agua, eran primordialmente nadadores cuando pequeños y especialmente caminadores cuando adultos, pues, tal como las ranas de hoy, desarrollaban sus patas durante el proceso de crecimiento.
La mayoría de los primeros anfibios eran bastante pequeños, ninguno mucho más grande que un cerdo.
De los anfibios, según creen los científicos, proceden los reptiles que eran, como ellos, animales de sangre fría (pecilotermos) y ovíparos, los que, en su momento de apogeo, fueron las criaturas más enormes y temidas que alguna vez caminaron sobre la tierra.
A diferencia de los anfibios, muchos de los reptiles vivieron toda su existencia en tierra, poniendo sus huevos allí, y dejándolos para ser incubados por el calor del Sol.
Con el tiempo, algunos de estos reptiles, como el ictiosauro, volvieron a los mares, mientras otros se hicieron aéreos.
La era de estos monstruos, más extraños y terribles que cualquier dragón que el hombre haya imaginado, la época en que la naturaleza demostró al máximo su pleno poderío físico, es la era secundaria.
Los geólogos la dividen en tres períodos, de acuerdo con la clasificación de sus rocas: el triásico, el jurásico y el cretáceo.
Comenzó hace más de 176 millones de años y duró en total más de 100 millones.
Tabla de la Era de los Dinosaurios
En esta segunda era de vida, un enorme monstruo volador se deslizaba sobre los terrenos calcáreos de América del Norte; éste, con sus alas extendidas, alcanzaba un ancho de 7,50 m. aproximadamente.
Su cuerpo era, en comparación, pequeño; su cráneo angosto terminaba en un pico sin dientes.
En la parte posterior tenía una larga y fina cresta, que probablemente le servía como una especie de timón durante el vuelo.
Esta bestia notable ha sido denominada Pteranodon ingens, nombre bien elegido, pues significa "enorme volador sin dientes".
Esta terrible apariencia era muy adecuada para volar.
Sin embargo, cuando sus restos fósiles fueron descubiertos, no pudo hallarse ninguna explicación lógica para tal habilidad en el vuelo, porque no poseía poderosos músculos pectorales; y aun surgió la interrogación de cómo su pequeño cuerpo habría sido capaz de asimilar el alimento necesario que, transformado en energía, impulsara sus enormes alas.
Pero, en realidad, el pteranodonte, el animal más grande que voló por los aires, no batía sus alas, de manera que gastaba poca energía y, por lo tanto, no necesitaba grandes cantidades de alimento.
Simplemente, se deslizaba.
Suponemos que, durante horas, y aun durante días, cruzaría las amplias extensiones de mar sin realizar el menor movimiento con sus alas.
Llevaba sus reservas alimenticias —pescado— en un gran buche, debajo de su mandíbula inferior, que llenaba al deslizarse a ras de las olas, como hacen los pelicanos.
Había en aquella era monstruos de toda forma y tamaño.
Uno de los primeros reptiles, el pterodáctilo, no era más grande que una gallina, mientras que el pteranodonte tenía, con sus alas extendidas, casi el tamaño de un pequeño aeroplano.
Sería imposible nombrar aquí a todos los animales habidos, pero en la lámina se puede apreciar al dimorfodonte del período jurásico y también, a una especie de cocodrilo con una cabeza muy alargada, el teleosauro.
Esta criatura vivía en el mar y, de vez en cuando, subía a las orillas.
Su nombre nos dice que pertenecía al orden de los animales llamados saurios, que incluye a los monstruos más grandes que el mundo haya conocido.
Especies del Mesozoico
LOS SAURIOS...:
Hubo numerosas especies de saurios que podríamos agrupar en bípedos o cuadrúpedos, herbívoros o carnívoros, terrestres o marinos.
Pero si consideramos solamente las formas gigantescas, podemos establecer un grupo, el de los llamados dinosaurios, nombre que significa "lagartos terribles", de los cuales mostramos cuatro ejemplares.
Lagarto, nombre común que se aplica a cada uno de los miembros del suborden Saurios, que agrupa a unas 3.000 especies, entre las que se incluyen iguanas, camaleones, gecos y lagartos típicos.
Los lagartos se caracterizan por los siguientes rasgos: cuatro patas, párpados móviles, escamas en los costados y abdomen, cola larga y desechable y mandíbula inferior con estructura esquelética rígida.
Cuando recordamos que, primeramente, sólo se encontraron unos escasos huesos de aquellas enormes bestias y que los zoólogos y artistas debieron reconstruir sus grandes cuerpos con unos pocos restos de esqueletos dispersos para poder guiarse, podemos comprender que, en un principio, la posibilidad de error era muy considerable.
Pero, a medida que fueron apareciendo más partes fósiles de estos mismos animales, los errores fueron corrigiéndose.
Se puede asegurar hoy que las cuatro representaciones de dinosaurios que se ven en la lámina son científicamente exactas.
Rivalizaban en tamaño, el diplodoco y el braquiosauro.
Los esqueletos del primero, hallados en Wyoming, en los Estados Unidos de Norteamérica, indican que este monstruo tenía casi 30 m. de largo.
Pudieron ser reconstruidos hasta hoy cuatro esqueletos completos, y uno de ellos está expuesto en el Museo Senckenberg de Francfort.
El diplodoco debe haber pesado alrededor de 35 toneladas.
Tenía un cuello muy largo y una cabeza ridiculamente pequeña.
Su cola medía aproximadamente 15 m. y semejaba una serpiente flexible que caminara detrás de él. Este monstruo estaba tan cómodo en la tierra como en el mar.
Ocurría lo mismo con un pariente suyo, el braquiosauro del África oriental, tan grande o aún mayor que él.
Ambos podían sumergirse a una profundidad de 10 m. o más, debajo de la superficie de ríos y lagos, pero tenían que sacar de vez en cuando la cabeza fuera del agua para respirar.
Otro animal de forma semejante y no mucho menor en tamaño, era el brontosauro, que, según se cree, habitaba en los pantanos, y rara vez se alejaba del agua.
A pesar de tan fabulosas dimensiones, el diplodoco, el braquiosauro y el brontosauro parecen haber sido de naturaleza pacífica.
Todos ellos eran herbívoros, y, por lo tanto, no necesitaban matar para comer; pero, por el contrario, eran presa fácil de reptiles mucho más pequeños, pero bien protegidos, que acostumbraban atacarlos.
El estegosauro (abajo a la izquierda) era mucho más pequeño, pues apenas alcanzaba a tener 10 m. de largo.
Todos los saurios poseían cabeza chica, pero el estegosauro la tenía demasiado pequeña en proporción.
Parece haber sido, también, un animal pacífico, pero muy peligroso si era atacado, pues tenía elementos poderosos para defenderse.
Llevaba sobre su espalda dos hileras de enormes aletas, cada una terminada en una afilada plancha triangular, y su poderosa cola estaba provista de agudos espigones como lanzas.
Había otro saurio parecido a un rinoceronte, pero mucho más grande, que medía de 7 a 8 metros de largo.
Era el triceratopo o tricornio.
Su cráneo solo medía más de 2 m. de largo, y llevaba tres cuernos, dos arriba de los ojos y uno sobre la nariz.
Su cuello estaba protegido por una capa ósea que le permitía defender su vida costosamente de los ataques de ofos saurios carniceros, algunos de los cuales, a pesar de su tamaño más pequeño, eran terriblemente agresivos.
Todos los dinosaurios que se ven en la lámina eran mucho más grandes que cualquier animal terrestre de hoy; pero es interesante recordar que un mamífero acuático actual, la ballena azul, puede ser incomparablemente más pesado que cualquiera de ellos (alcanza alrededor de las 100 toneladas).
Ver: Información sobre los Dinosaurios
(Ver: Imagenes de Dinosaurios)
OTRAS GRANDES ESPECIES...:
El azar ha jugado siempre un importante papel en el descubrimiento de restos de saurios.
En 1878, unos ingenieros estaban cavando un nuevo pozo en las minas de carbón de Bernissart en Henao, Bélgica, cuando al atravesar un lecho calcáreo para llegar a un estrato de carbón, que yacía debajo, descubrieron un verdadero cementerio de saurios gigantescos.
Las osamentas de numerosas bestias hace mucho tiempo extinguidas estaban diseminadas confusamente.
Con el mayor cuidado, estos huesos fueron clasificados y los especialistas lograron reconstruir veintitrés esqueletos completos, que después del tratamiento correspondiente, fueron exhibidos en el Museo de Ciencias Naturales de Bruselas.
Por supuesto que todo esto significó un trabajo de muchos años.
Estos esqueletos pertenecen a una muy notable especie de saurios, de la época cretácea, el iguanodonte.
El nombre le fue dado por la estructura de sus dientes (odon) que son muy semejantes a los de la iguana, una especie de lagarto grande que se encuentra en América Central y del Sur.
El iguanodonte era un herbívoro que medía aproximadamente 10 m.
Las patas delanteras eran pequeñas y poco desarrolladas en comparación con los poderosos miembros posteriores.
Puede deducirse por la estructura ósea, que el iguanodonte se desplazaba de una manera semejante a la del canguro.
La cola larga le servía para mantener el equilibrio de su tronco cuando caminaba sobre sus patas traseras. La cabeza podía elevarse a una altura de 5 metros sobre él suelo.
La ilustración muestra al animal ocupado en masticar las hojas y frutos de altas ramas de coniferas, que eran muy abundantes en la época cretácea.
El iguanodonte estaba bien equipado para triturar tan duro alimento, pues, además de sus noventa dientes incisivos, poseía varias filas de pequeños dientes subsidiarios.
Otro saurio de la misma época, y correspondiente al iguanodonte, vivía en América del Norte.
Era el tiranosaurio, un animal carnívoro que tenía más de 15 metros de largo y una altura de casi 7 metros. Si era un animal cazador, habrá sido un verdadero terror para su presa, pues sus "brazos", a pesar de ser pequeños en proporción a su cuerpo, eran poderosos y estaban provistos de garras muy afiladas.
.También han existido saurios que se desplazaban en el aire y otros que pasaban su existencia entre la tierra y el mar.
Aun había otros, provistos de aletas, que permanecían siempre en el agua.
El más conocido era el ictiosauro, que daba la impresión de ser una fusión de pez y cocodrilo.
El ictiosauro tenía la forma característica de un torpedo, forma que aún se encuentra hoy entre algunos peces y también entre los delfines.
Los marinos de otras épocas gustaban narrar cuentos fantásticos de serpientes marinas que pertenecían sólo a su imaginación.
Pero, en realidad, el alto vuelo de la fantasía ha tomado sus ideas de seres que existieron.
A esta categoría pertenece el mosasauro o "lagarto del río Mosa", cuya cabeza de 1,20 m. de largo fue descubierta en 1770 cerca de Maestricht (Holanda).
Este reptil, quizás alcanzó un largo máximo de 7,50 m., pero se han encontrado entre sus parientes cercanos, monstruos de 12 m. de largo.
Casi al finalizar la era secundaria, todos los saurios habían desaparecido, a excepción de los cocodrilos y algunos pequeños lagartos.
Subsistieron también otros reptiles, como las tortugas y las serpientes.
Fuente Consultada:
Sitio WEb Wikipedia
El Triunfo de la Ciencia La Era Mesozoica Tomo III Globerama Edit. CODEX