Caracteristicas de los Reptiles:Su Reproducción y Respiración

Características de los Reptiles,Reproducción ,Respiración

 CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS REPTILES: La palabra reptil proviene del latín, donde la combinación repto-isere  significa arrastrarse, y animales tan dispares como una tortuga, una serpiente, un camaleón y un cocodrilo son reptiles porque poseen características fundamentales comunes.

En primer lugar, todos ellos respiran por medio de pulmones, incluso los que viven en el agua, y su nacimiento, a partir de un huevo de cascara endurecida, significa la aparición de un animal completo, sin la metamorfosis que vimos en los anfibios.

Su piel no es húmeda, sino seca, cubierta por escamas que en el caso de las tortugas llegan a formar una concha sólida y dura.

Periódicamente realizan una muda de la piel, hecho muy conocido en las serpientes, ya que es frecuente encontrar en el bosque las pieles abandonadas por estos ofidios en sus períodos de crecimiento.

Aunque los reptiles son amantes del agua, no necesitan de ella tanto como los anfibios.

Muchos viven en el mar, pero los terrestres no suelen habitar muy lejos de las corrientes de agua o de los estanques.

La piel escamosa, dura y seca, evita la evaporación de sus tejidos y les protege contra el calor y la excesiva insolación.

Por esta razón resisten mejor que los anfibios los rigores de un verano excesivamente duro y, en cambio, les afecta más el frío. De ahí que casi todos ellos vivan en zonas tórridas, tropicales o por lo menos templadas.

Ellos son vertebrados pecilotermos, vale decir que poseen una columna vertebral y cuentan con un sistema circulatorio donde la sangre varía de temperatura según las condiciones térmicas del ambiente.

Pero aún hay mucho más que decir sóbrelos reptiles.

Por ejemplo, que son ovíparos, o sea que las hembras ponen huevos de los que nacerán más tarde las crías, después de un cierto tiempo de incubación natural.

Sus extremidades le sirven casi exclusivamente como apoyo, y se valen de la cola  -tal el caso de los cocodrilos y lagartos- como órgano de propulsión.

Hay otros reptiles, como las serpientes, también llamados ofidios, carecen decididamente de miembros y emplean la articulación de sus vértebras y costillas para trasladarse, arrastrándose.

Los reptiles pueden hacer vida anfibia.

Veamos ahora este tema con mas profundidad:

• ORIGEN:

Los primeros vertebrados que colonizaron y conquistaron la tierra firme fueron los reptiles.  que aparecieron al final de la era paleozoica, hace unos 300 millones de años.

Este grupo de animal se diversificó y difundió rápidamente a lo largo de era siguiente, cuando surgieron formas gigantes como los dinosaurios, los cuales fueron durante mucho tiempo los señores absolutos de la tierra hasta que se inició su declive, por causas aún desconocidas en gran parte, a finales de la era mesozoica.

Hubo un tiempo en que los reptiles señorearon la Tierra y los cuerpos enormes de los dinosaurios, Tiranosaurios, Diplodocus y otros, dominaron a los restantes animales.

Su reproducción fue intensa y, dado su carácter herbívoro, necesitaron enormes cantidades de plantas para subsistir.

La aparición de los primeros carnívoros y, sobre todo, los mamíferos que devoraron sus huevos, iniciaron el exterminio de estos gigantes añadiéndose a esta causa la aparición de los primeros fríos y la desecación de grandes zonas pantanosas donde ellos vivían.

Los grandes reptiles tuvieron que replegarse a las zonas más cálidas del planeta, donde no tardaron en extinguirse en forma rápida y un tanto misteriosa, puesto que no ha sido aclarada satisfactoriamente la razón de la hecatombe de estos gigantescos animales.

Los que hoy subsisten, por cierto numerosos y variados, no son sino reliquias de sus antecesores de la Era Secundaria.

En la actualidad, a pesar de las numerosas especies de reptiles existentes y de su amplia distribución, su lugar dentro de la escala zoologica es, en relación con el que ocupan otros vertebrados como las aves y los mamíferos, ciertamente poco relevante.

La mayoría de los anfibios tienen que volver al agua para reproducirse.

Sus huevos forman una jalea suave, sin cascara protectora, y las crías, que respiran por medio de branquias, sólo pueden desarrollarse en el agua.

Pero, mientras que los anfibios no han tenido mucho éxito en sus intentos de colonizar la tierra, los reptiles sí lo tuvieron, hasta tal punto que los reptiles acuáticos actuales necesitan volver a tierra para reproducirse.

Los reptiles constituyen el primer grupo de vertebrados realmente adaptados a la vida terrestre ya que han podido reducir por completo la pérdida indeseada de agua gracias a que poseen el cuerpo rodeado de uan capa espesa, dura e impermeable, formada por escamas córneas.

Animales tan dispares como una tortuga, una serpiente, un camaleón y un cocodrilo son reptiles porque poseen características fundamentales comunes.

reptiles: serpiente, iguana, tortugas, cocodrilos

En primer lugar, todos ellos respiran por medio de pulmones, incluso los que viven en el agua, y su nacimiento, a partir de un huevo de cascara endurecida, significa la aparición de un animal completo, sin la metamorfosis que sufren los anfibios.

Como los peces y los anfibios, los reptiles animales poiquilotermos, es decir, que en ellos la temperatura del cuerpo oscila según la que existe en el entorno, pues no disponen de mecanismo termorreguladores.

Este hecho limita su area de distribución, que no puede sobrepasar determinadas latitudes o altitudes, las cuales resultan demasiado frías para ellos.

Su piel no es húmeda, sino seca, cubierta por escamas que en el caso de las tortugas llegan a formar una concha sólida y dura.

Periódicamente realizan una muda de la piel, hecho muy conocido en las serpientes, ya que es frecuente encontrar en el bosque las pieles abandonadas por estos ofidios en sus períodos de crecimiento.

Aunque los reptiles son amantes del agua, no necesitan de ella tanto como los anfibios.

Muchos viven en el mar, pero los terrestres no suelen habitar muy lejos de las corrientes de agua o de los estanques.

La piel escamosa, dura y seca, evita la evaporación de sus tejidos y les protege contra el calor y la excesiva insolación.

Por esta razón resisten mejor que los anfibios los rigores de un verano excesivamente duro y, en cambio, les afecta más el frío.

De ahí que casi todos ellos vivan en zonas tórridas, tropicales o por lo menos templadas.

Entre los reptiles, aparecen formaciones córneas que cumplen una función defensiva, ofensiva o aumentaría, como son los picos de las tortugas o las garras de saurios, cocodrilos y quelonios.

Estructuras como los cuernos y crestas que muestran ciertos saurios, entre los que destacan muchas especies de lagartos australianos, o el órgano que forma el llamado «cascabel» de las serpientes del mismo nombre, son modificaciones de las escamas epidérmicas.

Cuernos en algunos los Reptiles

Cuernos en algunos los Reptiles

Por lo general, el tegumento contiene escasas glándulas, a diferencia de lo que ocurre con otros vertebrados, como los anfibios, v cuando aquéllas se presentan desempeñan un papel de mareaje del territorio.

Tal es el caso de las secreciones glandulares femorales de los lagartos y de las cloacales de las serpientes.

La configuración del cráneo varía en los distintos grupos reptilianos; así, mientras que en las tortugas no hay fosas temporales (cavidades que permiten la inserción de los músculos masticadores), característica que se conoce como cráneo anápsido, en los cocodrilos aparecen dos.

A partir de los cocodrilos se observa una evolución craneana en el sentido de desaparición progresiva de las fosas: en los saurios no existe fosa temporal inferior (cráneo euriápsido) y en las serpientes se han perdido ambas (cráneo ofidiano).

La peculiar estructura del cráneo de los ofidios es lo que permite la gran capacidad de apertura bucal que muestran estos animales, de evidente utilidad a la hora de cazar y engullir presas mucho mayores que ellos.

Esta habilidad se complementa con la posibilidad que tienen también las serpientes de dilatar su cavidad corporal gracias a la flexibilidad de sus costillas, integradas por segmentos articulados entre sí.

La Herpetología, ciencia que estudia los reptiles, los clasifica en cuatro órdenes fundamentales:

Plagiotremas como las serpientes (ofidios) y los lagartos (saurios).
Emidosaurios como el cocodrilo.
Quelonios como la tortuga.
Rincocéfalos como la matera.

Todos ellos son animales de sangre fría en los que el metabolismo general se halla atenuado.

Por esto sus movimientos suelen ser lentos y, en muchos casos, pesados.

Es cierto que los lagartos son ágiles, pero las tortugas y ios cocodrilos son muy lentos.

La mayoría de los reptiles suelen pasar largo tiempo inmóviles y su período de hibernación es prolongado.

Si el invierno se alarga, permanecen muchos meses dormidos, sin dispendiar casi ninguna energía.

Los sentidos suelen estar poco desarrollados y revelan cierto estupor.

Muchas serpientes se sirven de la lengua como órgano táctil ya que la piel de todos ellos es poco apta para sensaciones cutáneas.

El gusto y el olfato están poco afinados, y su cerebro es pequeño demostrando escasa inteligencia.

Es difícil domesticar una tortuga y prácticamente es inútil intentar establecer relaciones amistosas con cualquier reptil. Incluso entre ellos no establecen los lazos familiares que veremos en los vertebrados superiores, los mamíferos.

Quizás por estas razones los reptiles, a excepción de las tortugas, han sido umversalmente odiados convirtiéndose su nombre en uno de los peores insultos, y es común a casi todas las religiones una identificación de la serpiente con el genio del mal. Aunque algunos son herbívoros, la mayoría se alimentan de carne.

Las lagartijas comen insectos, pero en los de tamaño superior encontramos devoradores de presas mayores como es el caso de los cocodrilos y caimanes.

Las serpientes sorprenden en este aspecto porque atacan y engullen animales de mayor corpulencia que ellas.

La puesta de huevos se realiza generalmente en la arena, en un lugar soleado a fin de que los rayos solares actúen de incubadora. La madre, por lo general, se desinteresa completamente de sus crías que nacen de estos huevos ya en forma desarrollada. Es sabido, que los reptiles dan los porcentajes más altos de longevidad, pues hay muchas especies de tortugas centenarias.

Algunos poseen la rara cualidad de poder desprenderse de la cola que, en muchos casos, vuelven a regenerar.

En su anatomía existe un hecho curioso sobre cuya explicación no se han puesto de acuerdo los biólogos.

Se trata de un tercer ojo atrofiado llamado ojo pineal situado entre los huesos parietales. ¿Tuvieron estos animales la facultad de poseer tres ojos en épocas muy remotas?

Los reptiles respiran mediante pulmones bien desarrollados, ya que, como es evidente, no pueden hacerlo a través de su dura piel, como hacen los anfibios.

Los más evolucionados come los cocodrilos, poseen una circulación sanguínea doble como la que podemos encontrar en los mamíferos, es decir, con la circulación pulmonar separada de la circulación sistémica, gracias a que el corazón está dividido en dos ventrículos y dos aurículas.

Sin embargo en los reptiles más primitivos la división del ventrículo es incompleta por lo que se produce la mezcla de sangre venosa con la arterial.

El esqueleto de los reptiles es generalmente más robusto que el de los anfibios, especialmente el cráneo, pudiendo alcanzar por ello un tamaño mucho mayor.

Hubo un tiempo, hace aproximadamente unos 150 millones de años, en el que los reptiles constituyeron uno de los grupos de animales más importantes de la Tierra.

Durante esta época se diversificaron en gran cantidad de especies, algunas de ellas de un tamaño gigantesco como los extinguidos dinosaurios, y otras más pequeñas pero de gran importancia ya que de ellas surgirían, al cabo del tiempo, las aves y los mamíferos.

En la actualidad los grupos de reptiles más significativos son: los quelonios, los cocodrilianos, los saurios y los ofidios.

Los reptiles son animales depredadores, algunos de los cuales, caso de las serpientes, han desarrollado complejas glándulas venenosas capaces de producir eficaces y elaborados compuestos tóxicos.

No todos los ofidios son venenosos: la adquisición de esta capacidad está relacionada con el tamaño de la serpiente y su potencial para atrapar a su víctima por medios puramente mecánicos.

Así, las grandes especies, como anacondas, pitones o boas, matan a sus presas por constricción, mientras que las serpientes de inferior envergadura, como las víboras, crótalos, cobras o mambas, suplen su menor corpulencia con la rápida acción de sus venenos, inoculados a través de colmillos especializados que presentan, en muchas ocasiones, un canalículo central que los une directamente a la glándula productora del tóxico.

LA REPRODUCCIÓN OVIPERA:

La mayoría de los reptiles ponen huevos (ovíparos), algunos alumbran a sus crías vivas (vivíparos), y unos pocos retienen los huevos dentro de su cuerpo hasta que la cría está a punto para salir del cascarón (ovovivíparos).

huevo de un reptil

Los huevos de los reptiles muestran varias ventajas sobre los de los anfibios, ya que la sustancia blanda está protegida por una cubierta coriácea, la cual proporciona el soporte que una estructura viva precisa en tierra, y restringe las pérdidas de agua a la atmósfera.

Los huevos están provistos de grandes cantidades de yema, para nutrir al embrión, y de un saco especial, el alantoides, que permite el paso del oxígeno y del bióxido de carbono entre el embrión y el exterior. El embrión se desarrolla en un saco que contiene un fluido (cavidad amniótica) equivalente a las aguas quietas en que crecen los renacuajos.

Corte esquematico de un huevo de un reptil

Corte esquematico de un huevo de un reptil

Huevos de una Tortuga

Huevos de una Tortuga

Excepto en los lagartos, no suelen existir demasiadas diferencias entre macho y hembra, en reptiles de una misma especie.

En los cocodrilos, por ejemplo el caimán americano, la diferencia es simplemente de tamaño, siendo el macho, a menudo, mayor y más pesado que la hembra, a partir del sexto año.

Entre las tortugas es raro encontrar diferencias de tamaño; pero, si existen, la hembra suele ser mayor, en tanto que el macho posee una cola más larga.

En las serpientes, ambos sexos son muy parecidos y, según se cree, se reconocen por los olores producidos por glándulas especiales.

Sin embargo, entre los lagartos, las diferencias sexuales son muy acusadas, recordando el dimorfismo sexual de algunos peces. Pueden poseer   características  estructurales   permanentes o cambios de apariencia momentáneos, o según las estaciones.

El macho del camaleón de Owen posee tres largos cuernos puntiagudos en la cabeza, mientras que la hembra sólo tiene uno; éste es un ejemplo de características permanentes, al igual que los vividos colores de la garganta y parte inferior del macho del lagarto espinoso.

En la época del celo, el macho del clamidosaurio así llamado porque posee un collar o clámide formada por un repliegue de la piel, adquiere colores llamativos.

También en esta época los lagartos machos defienden su territorio con ferocidad, expulsando a los machos intrusos con violentos ataques.

Como los reptiles ponen huevos protegidos por una cascara, la fertilización debe realizarse en lugares profundos del sistema reproductivo, más allá de las glándulas productoras de aquélla.

Precisan medios para introducir el esperma, y los machos de los reptiles poseen estructuras muy desarrolladas para estos fines.

Las hembras de algunas tortugas, serpientes y lagartos, son capaces de almacenar el esperma recibido durante el apareamiento, de forma que pueden producir varios grupos de crías a partir de una sola cópula.

Se conocen algunas tortugas americanas que ponen huevos fértiles cuatro años después del apareamiento, y una serpiente, Leptodeira, que lo hace hasta cinco años después de la cópula.

Según lo que se sabe, todos los cocodrilos y tortugas ponen huevos, así como la mayoría de las serpientes y lagartos, pero otros alumbran sus crías vivas.

Los lagartos vivíparos (Lacerta vivípara) son notables porque, en general, incuban los huevos en su interior, saliendo las crías vivas, aunque parte de sus congéneres —en los Pirineos— pongan huevos.

En los reptiles, el número de huevos de cada puesta varía de 1 a más de 100. Los varanos y lagartos cornudos ponen más de treinta huevos, pero la mayoría de los lagartos ponen, por lo menos, quince, y las salamanquesas y las iguanas, con frecuencia, sólo uno.

Las serpientes, sobre todo las pitones, y las tortugas son las más prolíñcas, poniendo ciertas serpientes hasta cien huevos, y algunas tortugas marinas, doscientos.

Es muy raro que la construcción de nidos esté muy desarrollada; y lo más frecuente es que baste un agujero en el suelo o un montón de residuos vegetales, acelerando la incubación el calor de la masa fermentescible.

Las hembras de las tortugas marinas son famosas por su costumbre de volver a tierra para depositar sus huevos; parece ser que, a menudo, vuelven a la misma playa arenosa donde ellas nacieron.

Aunque algunas tortugas depositan sus huevos en una depresión poco profunda, y difícilmente se toman la molestia de taparlos, otras se preocupan de cavar agujeros profundos con sus aletas, antes de depositarlos, para luego arrojarles arena hasta dejarlos enterrados, y, finalmente, ocultar el sitio del nido con arena suelta.

La operación la realizan con tanta pericia que un espectador es incapaz de encontrar el nido después de varias horas de haberlo hecho efienden vigorosamente contra los intrusos.

Se cree que el macho y la hembra de las cobras se turnan en la guarda de sus huevos, y se poseen pruebas de que algunas especies de pitones los incuban, elevando la temperatura de su cuerpo algunos grados sobre la ambiente.

Sin embargo, los cuidados maternales en las serpientes no van más allá de la defensa de los huevos, abandonando las crías a sus propios medios desde el momento en que nacen.

Las hembras de algunas especies tienen el hábito de reunirse en lugares determinados para hacer la puesta.

La culebra europea de la hierba es famosa por esta costumbre, encontrándose, con frecuencia, un conjunto de varios miles de huevos.

Esta serpiente, al igual que otras, realiza sus puestas en lugares donde exista abundante materia vegetal en descomposición, para que el calor desprendido de la masa en fermentación acelere su velocidad de desarrollo. La hembra del caimán americano construye grandes nidos de dos metros de ancho por uno de alto.

El nido es un montículo formado por plantas en descomposición, hojas frescas y otros productos vegetales. Excava un agujero en el centro, y lo reviste con cieno y plantas acuáticas.

Deposita sus huevos (en número aproximado de 30 a 70), dando vueltas al agujero a medida que los pone y, a continuación, los cubre con cieno y plantas acuáticas, alisando luego todo el nido con su gran cuerpo.

Ejercen una vigilancia cuidadosa sobre él, e incluso lo riegan en tiempo seco.

Los sonidos emitidos por las crías antes de nacer son la señal para que la hembra abra la parte superior del nido con sus dientes, y aquéllas puedan escapar.

Fuente Consultada:
Revista TECNIRAMA N°72 Enciclopedia de la Ciencia y La Tecnología Reptiles Ovíparos
Enciclopedia CONSULTORA Tomo 2 Seres Vivios Los Reptiles
DIDACTICA Tomo I Enciclopedia Temática Ilustrada (Oriente)

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