Historia de Babilonia Reinado de Hammurabi y Caida de la Ciudad

Historia de Babilonia - Hammurabi

Hace más de 4000 años, unos nómadas semitas llegaron a la ciudad de Babilonia.

La legendaria ciudad era entonces sólo una villa sometida a las guerras entre los reinos de Mesopotamia.

Los nuevos pobladores la convirtieron en el mayor imperio que había conocido la humanidad.

El Imperio babilónico fue consolidado por Hammurabi, el gobernante más conocido de la historia de Mesopotamia.

En el año 1792 a.C, llegó al trono de Babilonia, que sus antepasados semitas habían transformado en un reino que envidiaban los demás pueblos de la región.

Conquistó luego Uruk, Larsa, Eshnunna, Mari y, finalmente, la poderosa Asiria. A lo largo de su reinado, que duró cuarenta y dos años, se hizo dueño de toda Mesopotamia.

Las ocupaciones de Hammurabi:

En tanto que conquistaba a sus vecinos, Hammurabi fortaleció su imperio y embelleció su capital.

Construyó murallas, canales y caminos y edificó templos y palacios, supervisando él mismo muchas de las obras.

Entre
sus ocupaciones estaba también dictar la ley y dirigir el culto a Marduk, el dios de los babilonios.

Hacia el final de su vida dictó a sus escribas un código de 282 leyes, conocido como Código de Hammurabi, el documento legal más antiguo de la historia.
Imperio milenario

Los sucesores de Hammurabi extendieron las fronteras de Babilonia desde el golfo Pérsico hasta las costas del Asia Menor.

Y la influencia política y cultural de su imperio se prolongó durante más de mil años, hasta que en el siglo VI a.C, los persas de Ciro el Grande conquistaron la mítica ciudad.

Veamos La Historia de Babilonia...

En 2004 a. C., el colapso de Ur marcó el inicio de una nueva era, conocida como la Antigua Babilonia

En los 400 años que siguieron, una serie de dinastías rivales que gobernaban las ciudades de la región, Babilonia, Asur, Man, Larsa e Isin, se enfrentaron por el control de toda Mesopotamia.

Todas ellas descendían de los amorreos, tribus semíticas que se habían establecido en Mesopotamia durante el III milenio a. C.

Los dos reinados amorreos más importantes fueron Babilonia y Asiria.

Asiria alcanzó el poder bajo Shamshi-Adad I (1813-1781 a. C.), quien, estrechando los lazos comerciales con el norte de Anatolia, creó el estado más poderoso de Mesopotamia.

Con el declive paulatino de Asiria, la ciudad de Babilonia, al sur, empezó a pujar bajo Hammurabi (1792-1750 a. C.), un gobernante erudito célebre por sus códigos legales, compendios de leyes en los que aborda temas tan diversos como los precios fijos de los productos agrícolas y los castigos de los distintos delitos.

Uno de esos castigos era la prueba del río, en la cual el acusado debía bucear una distancia determinada; silo lograba, era señal de vindicación.

Bajo el reinado de Hammurabi se introdujeron nuevas formas de ciencia, como la astronomía y las matemáticas, y también de aprendizaje.

Entre las primeras figuraba un sistema de numeración basado en grupos de sesenta, el cual constituye la base de nuestra actual hora de 60 minutos y del círculo de 360 grados.

La división de Mesopotamia en Asiria al norte y Babilonia al sur no fue permanente.

La sociedad babilónica fue asimilada gradualmente en la asiria, más rica, si bien siguió predominando la sofisticada cultura babilónica.

En 1595 a. C., este primer periodo babilónico tocó a su fin cuando la ciudad fue invadida por los hititas, un poderoso pueblo surgido de Anatolia.

Los hititas:Los hititas indoeuropeos procedían de Hattusa, en la Anatolia central, una región montañosa de clima riguroso. Pueblo belicoso, los hititas habían ido construyendo un reino que dominaba todo el norte de la región mediterránea e incluso amenazaban con invadir Egipto.

Babilonia fue la ciudad más grande de la época antigua y la más fastuosa. Maravillaban al mundo sus célebres jardines colgantes y la belleza legendaria de su reina Semíramis.

También es conocida por la maldición que los hebreos, en su cautiverio doloroso a manos de los asirios, lanzaron a esta capital del orbe: “Babilonia será un montón de ruinas, una guarida de chacales, un motivo de desolación y burla, jamás tendrá habitantes”.

Sepultada durante siglos, se sabía bastante sobre el magnifico imperio asirio y la gran Babilonia gracias a Herodoto, al Génesis y a las antiguas tablillas halladas en excavaciones.

Se conocían los nombres de sus reyes más importantes: Nabucodonosor, Hammurabi y Semirarnis.

Durante diez largos siglos, Babilonia dominó Medio Oriente, para ser luego arrasada por los invasores persas. Desde entonces, el polvo la cubrió y la maldición hebrea pareció cumplirse.

Jardines Colgantes de Babilonia - Siete Maravillas del Mundo Antiguo
Jardines Colgantes de Babilonia - Siete Maravillas del Mundo Antiguo

En el actual Irak, no muy lejos de Bagdad, el arqueólogo alemán Robert Koldewey (1855-1925) halló esta ciudad tras una ardua excavación.

En los albores del siglo XX, la región era asolada por los enfrentamientos entre tribus rivales y Koldewey trabajó en medio de tiroteos y escaramuzas.

Le tomó quince años descubrir por completo las ruinas de la increíble ciudad.

Había curiosas construcciones en arco, en las cuales algunos quieren ver los restos de los legendarios jardines colgantes, una de las siete maravillas del mundo antiguo.

La enorme puerta de la diosa Ishtar, flanqueada por colosales torres, abría la ruta procesional dedicada al dios Marduck.

NEOBABILONIA:

esta etapa fue un período de la historia que se inició en el año 626 a.C. y terminó en el 539 a.C..​ Durante los tres siglos anteriores, el Imperio babilónico había sido gobernado por sus vecinos del norte, los asirios.

Poco después de la muerte de Asurbanipal, (rey asirio), en el 627 a.C., el imperio asirio entró en una serie de guerras civiles brutales.

Babilonia se rebeló durante el reinado de Nabopolasar, y en alianza con medos, persas, escitas y cimerios, saquearon la ciudad de Nínive en el 612 a.C.. Por primera vez desde la muerte de Hammurabi, a mediados del siglo XVIII a.C., la sede del imperio se trasladó a la ciudad de Babilonia.

Este período fue testigo de una mejora general en la vida económica y la producción agrícola, seguido de un gran florecimiento de proyectos arquitectónicos, de las artes y de las ciencias.

Este período finalizó con el reinado de Nabonido, en el 539 año a.C..

En pleno apogeo de la nación persa, Ciro II el Grande conquistó el imperio, poniendo fin a 80 años de historia.

EL REINO DE HAMMURABI

Como dijimos antes, hasta aproximadamente el 1800 a.C., la situación política en la Mesopotamia continuó caracterizándose por el predominio sucesivo de una ciudad sobre otra.

Una nueva unificación de toda la región, en torno a la ciudad de Babilonia, ocurrió hacia el 1763 a.C. bajo el reinado de Hammurabi.

Su gobierno, aunque duró poco tiempo, tuvo una importancia extraordinaria. Hammurabi formó un reino y lo consolidó en diferentes aspectos:

• en lo militar, luego de innumerables conquistas fortaleció su posición frente a los pueblos vecinos;

• en lo político, centralizó el poder en la capital del nuevo reino: Babilonia; y el acadio fue la lengua oficial;

• en lo religioso, impuso a Marduk como dios único de toda la Mesopotamia;

• en lo económico, dispuso que la propiedad de las tierras fuera repartida entre el Estado, los templos y los particulares. Reglamenté el uso que se les daría a estas tierras y estableció, incluso, quitárselas a quienes no las hicieran producir como correspondía.

• en lo social se dividió en diferentes grupos: los awilum eran los hombres libres; los mushkenum eran los que estaban al servicio del palacio; y los wardum, los esclavos.

Todos estos grupos estaban obligados a prestar su fuerza de trabajo para las obras públicas que dirigía el rey: la construcción de templos y murallas y los sistemas de riego. Los esclavos podían dejar de serlo: si lograban juntar algunos bienes, podían comprar su libertad.

Estado y leyes:

El Código de Hammurabi El Estado era el responsable de organizar y coordinar la producción económica y la vida en las ciudades. Estaba formado por un conjunto de instituciones: el ejército, funcionarios, guardias de seguridad interna.

Era dirigido por el rey, quien para hacer cumplir sus disposiciones redactó leyes en forma de códigos y reglamentos. (ver la historia del derecho)

El Código de Hamurabi, dictado dos mil años antes de Cristo, consagró la aplicación de la Ley del Talión, atenuada más tarde por los israelitas y los musulmanes.

En Occidente, Grecia y Roma entregaron los fundamentos del Derecho Moderno, cuyas disposiciones se remontan hasta un espacio sideral.

La primera vez que apareció en la Mesopotamia un Estado cumpliendo todas estas funciones fue en los tiempos de Hammurabi.

Si bien con anterioridad, con los sumerios y acadios, hubo otros intentos de centralización estatal, ninguno logró organizar un Estado unificado como el de Babilonia.

Éste tuvo una misma política en lo económico, en lo religioso y, sobre todo, en lo jurídico.

Este último aspecto sin duda fue el más relevante.

Hammurabi no elaboró un cuerpo de leyes completo pero el Código por él sancionado fue muy importante: unificó la legislación existente y logró, a partir de sus conquistas, que se cumplieran las mismas leyes en amplios territorios.

El Código de Hammurabi está organizado con un prólogo, un epílogo y contiene 280 artículos.

Trata de temas tales como robos, saqueos, homicidios, lesiones corporales, raptos, problemas comerciales y esclavitud. El código de Hammurabi le reconocía a la mujer los mismos derechos que al hombre y aceptaba el divorcio.

Hammurabi decía que el código debía servir para "disciplinar a los malos y evitar que el fuerte oprima al débil".

A pesar de ser una recopilación de leyes ya existentes en la Mesopotamia, el Código aporta nuevos elementos.

Nueva es la dureza de los castigos impuestos, nueva la frecuencia en la aplicación de la pena de muerte o de las mutilaciones de miembros, y nueva es también la ley del talión (“si un hombre libre ha roto un hueso a otro hombre libre, se le romperá su hueso”).

La Ciencia:

Una de las formas que tenían los sacerdotes de adivinar la voluntad de los dioses era observar las estrellas.

Este estudio de los astros los llevó a desarrollar la Astronomía.

Así, pudieron dividir el año en doce meses y dividir los meses en semanas de siete días.

Para los babilonios los días se dividían en doce partes de dos horas cada una.

La astronomía y su necesidad de realizar complejos cálculos, los llevó a desarrollar las matemáticas.

Su sistema numérico era sexagesimal, o sea que se basaban en el número 60 y no en el 10. También desarrollaron la medicina y fueron pioneros en la invención de remedios.

zigurat sumerio
Construyeron templos escalonados llamados Zigurat.
No eran tan altos como las pirámides pero llegaban a medir unos 70 metros.
El zigurat era el templo y, por lo tanto el centro de la vida política, social, cultural y comercial de Babilonia.

CUENTAS Y MEDIDAS:

Los babilonios tenían una numeración sexagesimal, basada en sesentenas. De ellos nos viene que la hora tenga 60 minutos. Dividieron la circunferencia en 360° y el año en 360 días.

El sistema monetario también era sexagesimal: el peso en plata de 180 gramos de cebada era un "lot"; 60 lot formaban una "mina"; y 60 minas integraban la unidad "biltu". La unidad de superficie era el "vergel" (determinado por la cantidad de granos de cebada que se necesitaban para sembrarlo), y se dividía en sexagésimos.

UN INGENIOSO "CONTADOR":

Veamos ahora cómo se las arreglaban los babilonios para hacer las cuentas.

Por el hecho de ser tan comerciantes, continuamente obligados a manejar números, se vieron en la necesidad de idear un ábaco o instrumento de cálculo rápido.

El ábaco babilonio consistía en tres o más surcos o canaletas en las que colocaban piedrecitas redondas alineadas.

Las piedrecitas de la primera canaleta de la derecha tenían valor de unidad: las de la segunda eran decenas, y las de la tercera eran centenas.

Exactamente como las cifras de nuestros números. Y he aquí cómo hacían una suma:

contador de los sumeiros suma sumeria abaco sumerio
Supongamos que tenemos que calcular 429 + 253. Comencemos representando el primer sumando: 9 piedrecitas en el surco de las unidades, 2 en el de las decenas y 4 en el de las centenas.
En el mismo ábaco agregamos ahora el segundo sumando: 3 piedrecitas en el surco de las unidades, 5 en el de las decenas y 2 en el de las centenas.
La adición esta ya terminada; pero en la canaleta de las unidades hay más de 10 piedrecitas. Entonces quitamos 10 de alias y agregamos una en el surco de las decenas. Ahora podemos leer el resultado: 6 centenas, 8 decenas y 2 unidades: 682.

La Caída de Babilonia

Tras la muerte de Nabucodonosor, el poder de Babilonia declinó rápidamente.

El último rey, Nabonides (556-539 aC), vivió en el desierto mientras su hijo Baltasar reinaba como regente.

En un banquete celebrado en uno de los grandes palacios de Babilonia, Baltasar se atrevió a usar las copas de oro y plata cogidas en el templo de Jerusalén.

De pronto apareció una mano que trazó en la pared unas palabras misteriosas que nadie supo interpretar, hasta que llamado el profeta Daniel, éste leyó el escrito: Mané, Tekel, Peres («contado, pesado y dividido»), una advertencia de que Baltasar estaba a punto de perder su reino.

Y efectivamente, en el 539 aC Ciro el Grande conquistó la ciudad y Babilonia quedó incorporada al Imperio persa.

Ciro y sus sucesores inmediatos se ocuparon del mantenimiento de los edificios religiosos de Babilonia, pero los reyes posteriores descuidaron esta tarea. Peores aún que la destrucción parcial en el 482 a.C, como represalia de Jerjes, fueron las décadas de abandono: poco a poco, los edificios se fueron desmoronando.

Cuando Alejandro Magno pensó hacer de Babilonia su capital (hacia el 323 aC), era ya imposible, incluso para él, reconstruir el zigurat. Y cuando Septimio Severo, emperador de Roma entre el 193 y el 211 dC, acudió a visitar la fabulosa ciudad, la encontró desierta.

AMPLIACIÓN DEL TEMA

HÁBIL ADMINISTRADOR y guerrero ambicioso, el rey Hammurabi (h. 1792-50 a.C.) fue el primer monarca de Mesopotamia.

Hizo de Babilonia la ciudad más poderosa del s. XVIII a.C.

Su logro más famoso fue la recopilación de 282 leyes, conocida como Código de Hammurabi.

Está grabado en una piedra negra y decorado con un retrato del rey de pie ante Shamash, el dios mesopotámico de la justicia.

LA LEY BABILÓNICA Nadie conocía el valor exacto de las leyes hasta que el código fue, probablemente, expuesto en la plaza pública, de tal modo que todos los pobladores podían consultarlo.

Algunas leyes eran originales de Hammurabi, mientras otras arraigaban en normas muy antiguas.

Las leyes trataban de la vida cotidiana: negocios, familia, administración de la tierra.

El código legislaba también sobre delitos, como el fraude, el homicidio y el divorcio, sobre la adopción y la dote.

Otros temas tratados eran la esclavitud y la tala de palmeras.

CRIMEN Y CASTIGO: Cada una de las leyes de Hammurabi es muy clara. Todo crimen tiene un castigo apropiado. El principio básico es la "ley del Tallón'9: "Ojo por ojo y diente por diente." Por ejemplo: "Al hombre que pega a su padre, le será cortada la mano".

Fuente Consultada: Lugares Misteriosos - Historia II La Antigüedad y La Sociedad Feudal - Atlas de Historia del Mundo


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