Basura Electronica o Informatica en Argentina: Las Pilas Agotadas

Basura Electrónica o Informática en Argentina

Parecen cantidades del primer mundo, pero son criollas: en 2006 en la Argentina quedarán en desuso 800.000 computadoras, 400.000 monitores, 2.000.000 de teclados y 3.000.000 de mouses...

residuos de aparatos electrónicos

Según la Cámara Argentina de Máquinas de Oficina, Comerciales y Afines (CAMOCA).

La entidad, incluso, estimó el peso de los equipos electrónicos  que este año se transformarán en chatarra: 35.000 toneladas.

En 2005 se habían generado 18.000 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAE E).

En otras palabras, en apenas un año prácticamente se duplicó la generación de este tipo de desechos.

El panorama puede ser aún peor Ecogestionar, una consultora especializada en asesoría ambiental, calculó que si suman los artefactos de línea blanca (heladeras, microondas), de línea gris (audio y video) y de línea marrón (televisores) que quedaron en desuso, en realidad este año se generaron 80.000 toneladas de RAEE."

En 2006 los argentinos estarán tirando 2 kilos por habitante de residuos de este tipo”, razonó Gustavo Fernández Protornastro, director asociado de la consultora Ecogestionar.

Los aparatos electrónicos tienen un ciclo de vida y, tarde o temprano quedan obsoletos o se  pasan a ser chatarra.

El promedio mundial de vida de una PC es de 5 años y de 2 años para un celular.

El problema es a dónde van a parar esos desechos.

A causa de la ausencia de una ley especifica —hay dos proyectos en estudio en el Senado-- nadie sabe bien qué hacer con las computadoras, faxes, celulares y monitores que se rompen o quedan obsoletos.

“Es cierto que una gran parte de estos desechos no van a la basura y van a parar al sótano o a una baulera”, dijo Carlos Simone, gerente de CAMOCA.

Y agregó: “Pero hay otra parte que sí se tira y termina en basurales o rellenos”.

Ahí esta justamente el problema.

Es que en los residuos de aparatos electrónicos hay sustancias altamente tóxicas, como cadmio, plomo, níquel, fósforo, plásticos bromados y mercurio.

“Si las piezas van a parar a un basural, allí entrarán en contacto con residuos orgánicos que las irán degradando y producirán el desprendimiento de las sustancias tóxicas”, detalló Karina Gómez Aguirre, médica ecotoxicóloga de la Universidad Nacional de La Plata y el INTA.

Veamos el caso del cadmio. “Afecta el hígado, los riñones y el corazón, produce hipertensión arterial y empobrece la calidad de  los espermatozoides” informó  Gómez Aguirre.

¿Y el plomo?  “Entre sus efectos se cuentan el  riesgo de aborto y el daño del sistema nervioso central del feto. En los adultos puede causar anemia y aumento de la presión arterial”

Un simple monitor puede tener entre 800 gramos y un kilo de plomo.

“En el hombre, una vez que se contarmina, el plomo persiste a lo largo de toda su vida”, dijo Karina Gómez Aguirre.

La única solución que se conoce para evitar la contaminación con estas sustancias son las plantas en las que se recuperan los componentes de los artefactos electrónicos.

En la Argentina solo hay dos chatarreras electrónicas registradas en la Secretaria de Medio Ambiente, Silkers y Botrade.

En esas plantas se separan los plásticos, los metales y los circuitos de los artefactos eléctricos y electrónicos.

“El reciclaje de los viejos aparatos electrónicos ahorra recursos y protege el medio ambiente.

Hoy ya se habla de minería urbana: en lugar de obtener los metales de las montañas, con el alto impacto ambiental generado por la extracción de oro o cobre de la roca, se puede obtener un porcentaje creciente del reciclado y refinado de metales”, contó Gustavo Fernández Protomastro.

En los circuitos de los artefactos electrónicos hay metales como oro, plata, paladio, iridio, germanio y cobre.

“Una tonelada de computadoras (equivalen a unas 83 máquinas) tienen entre 200 y 300 gramos de oro. Y una tonelada de monitores tiene entre 150 y 200 gramos de oro”, explicó Fernández Protomastro.

En realidad en esas plantas no se extraen los metales preciosos. Simplemente separan y exportan las piezas que los contienen a otros países, donde se las funde a altísimas temperaturas y se vuelven a formar lingotes de esos metales.

A diferencia del papel, que solo puede reciclarse entre tres y ocho veces, el oro y el resto de los metales preciosos pueden reaprovecharse infinitamente

BASURA INFORMÁTICA, SUS COMPONENTES

Un desafío:

Según el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), cada año se generan en el mundo casi cincuenta millones de toneladas de basura electrónica.

Es decir, restos de computadoras obsoletas, teléfonos celulares y otros aparatos.

Es mucho.

Quizá demasiado para un mundo que todavía debate que hacer con tanto como reciclarlo y cómo neutralizar sus componentes.

En la última reunión del Foro Mundial de Desechos

Electrónicos, que se desarrolló a fines del mes pasado en Nairobi (Kenia), se informó que Europa produce por año una cantidad tal de basura de este tipo como para literalmente enterrar a la capital donde se estaba llevando a cabo la conferencia.

La basura electrónica es un problema mundial que ya alcanza a la Argentina.

Cada vez se consumen —y recambian—, más artefactos. Y a mayor velocidad.

Una PC de última generación queda hoy en día  irremediablemente vieja en sólo un año. Un desafío formidable.

AparatoEn usoEn desusoKgsKgs desechados
Fotocopiadoras/Multif.360.00023.00075,01.725.000
Impresoras/Matriz390.00050.00022,01.000.000
Impresoras Chorro380.00060.0008,0460.000
Otras impresoras2.800.000600.0005,03.000.000
Faxes850.000150.0004,5675.000
Notebooks235.00030.0003,090.000
PCs7.000.000800.00012,09.600.000
Monitores7.200.000400.00012,04.800.000
Teclados7.200.0002.000.0000,71.400.000
Mouses7.000.0003.000.0000,31.000.000

Fuente Consultada: CAMOCA

Según CAMOCA, a lo largo del corriente año, se habrán generado 34.328.000 kilogramos de residuos de equipos electrónicos de oficina. De sumarle a ellos una cantidad similar, o aún mayor, televisores, equipos de audio, videocaseteras, heladeras, microondas, multiprocesadoras y demás electrodomésticos el problema se hace muy significativo, más considerando que los rellenos sanitarios son un problema por cuanto a su ubicación (ya se cerró Villa Domínico; y los de González Catán y Berazategui tienen problemas) y capacidad de carga.

Tratamiento de las pilas agotadas

Hoy en día, la responsabilidad sobre el cuidado del plañera es tarea de todos y debe ser compartida entre quienes fabrican y usan materiales nocivos para el medio ambiente.

En los Estados Unidos las baterías de los automóviles constituyen uno de los productos mejor reciclados: el plástico es astillado, lavado y entregado a las plantas donde es derretido para fabricar nuevas cubiertas de baterías; el plomo se funde, se vierte en lingotes, y el ciclo comienza nuevamente; el ácido se trata y se convierte en sulfato de sodio, un producto usado como fertilizante. Estas plantas no sólo protegen el medio ambiente sino que, además, hacen un buen negocio.

pilas agotadas tratamiento

Para reciclar pilas, y en general cualquier material, primero ; debe realizarse una recolección diferencial, es decir que hay que recogerlas en forma separada del resto de la basura.

De esta manera se evita un efecto indeseable: cuando se arrojan pilas y baterías junto con otros residuos, se produce la dispersión de sustancias tóxicas (compuestos de mercurio, cadmio, plomo y manganeso) en medios corrosivos como los basurales; además, esta dispersión puede generar ácidos por descomposición de la materia orgánica, lo cual es altamente perjudicial para el medio ambiente, ya que así se contaminan las aguas subterráneas, fuente de provisión de agua potable.

En nuestro país, existen algunos estudios sobre el tratamiento de pilas agotadas, por ejemplo, el Grupo de Materiales del Centro Atómico Bariloche de la Comisión Nacional de Energía Atómica desarrolló una investigación para aislar de la biosfera los elementos tóxicos de las pilas alcalinas, comunes y recargables, utilizando vidrio de descarte.

El proceso consiste básicamente en realizar un pretratamiento de las pilas trituradas y moler el vidrio de desecho de manera separada. Luego se mezclan ambos materiales en una determinada proporción para darle la forma y el tamaño deseados.

Finalmente, mediante un tratamiento térmico se obtiene la pieza definitiva, es decir, un bloque sólido, resistente y durable.

En ese bloque, la mayoría de los elementos tóxicos se encuentran en forma de óxidos insolubles en agua, distribuidos homogéneamente en el vidrio y, como se ha comprobado gracias a las piezas arqueológicas de gran antigüedad, tiene alta resistencia a la corrosión.

Otra iniciativa que se desarrolla en la actualidad es el tratamiento de las pilas y baterías provenientes de los residuos industriales.

En este caso, las pilas se acondicionan antes de su disposición final inmovilizándolas con cemento: se colocan las pilas o baterías en bolsas de polietileno de alta densidad, cerradas térmicamente y a su vez ubicadas dentro de otras bolsas que contienen un agente secuestrante.

Estas bolsas cerradas son colocadas dentro de tambores de plástico sellados con hormigón para lograr el aislamiento del contenido por impermeabilización.

Una vez inmovilizados, los tambores son llevados hasta terrenos que tienen rellenos de seguridad y que cuentan con un doble sistema de membranas con pozos de detección, drenaje y bombeo independientes, más una base de arcilla compacta de muy baja permeabilidad.

En esos terrenos se realizan controles de napas durante varios años, y no pueden ser empleados para otro destino.

Fuente: QUÍMICA I Polimodal Alegría-Bosack-Dal Fávero-Franco-Jaul-Ross

Faltan Leyes Pero Hay Formas de Ayudar al Reciclado:

A diferencia de los países de la Unión Europea, la Argentina todavía no dispone de una ley que permita prevenir el aumento en la generación de residuos eléctricos y electrónicos ni que promueva la reutilización y reciclado de este tipo de residuos.

En el Senado de la Nación hay dos proyectos de ley que apuntan directamente a esta cuestión, pero para su tratamiento falta bastante, según reconocieron a Clarín en la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Cámara Alta.

“Ninguno de los dos proyectos cuenta siquiera con dictamen favorable”, dijeron las mismas fuentes.

Las que sí ya funcionan a pleno son algunas organizaciones no gubernamentales que reciben como donación computadoras, monitores e impresoras obsoletas o rotas.

En sus talleres las reacondicionan como si fueran un service técnico y, después, las donan a escuelas.

La Fundación Equidad, y las ONGs Va de Vuelta y María de las Cárceles son algunas de las entidades que tienen programas de este tipo.

Adriana von KauIl, presidenta de María de las Cárceles, dijo que tienen un taller de reparación de computadoras en la unidad 32 de Florencio Varela.

“El taller funciona gracias a los equipos de rezago o rotos que nos donan.

Todos los internos que trabajan allí aprendieron el oficio en cursos que dictaron profesores de la Universidad Tecnológica Nacional”, explicó von Kaull.

Sólo este año “María de las Cárceles” reacondicionó equipos suficientes para equipar 320 escuelas del interior.

“Les entregamos computadoras a todas las escuelas del interior que nos piden”, contó a Clarín Adriana von Kaull.

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OTRA VISIÓN:

Según un reciente análisis, un monitor informático o un televisor pueden contener más de 3 kilogramos de plomo. Si tenemos en cuenta que sólo en los Estados Unidos pronto se van enviar más de 12 millones de toneladas de desechos electrónicos a los vertederos, el problema ambiental se vuelve muy grave.

Mientras las autoridades revisan su legislación para evitar que ello suceda, científicos del Georgia Institute of Technology han realizado un estudio que sugiere que la "producción inversa", es decir, la extracción de materiales útiles a partir de los desechos electrónicos, será la solución a adoptar en los próximos años.

De esta forma, materiales como el plomo, el cobre, el aluminio y el oro, así como varios tipos de plásticos, cristal y cables, podrían ser recuperados y reciclados en futuros productos.

El proceso, por supuesto, debe ser económicamente viable, y aquí reside uno de los grandes retos de la propuesta.

Jane Ammons y Matthew Realff, del GIT, están diseñando estrategias para hacerlo posible.

Destaca entre ellas un sistema de modelado matemático que tendrá en cuenta todas las variables que intervienen (hasta 300.000), el cual permitirá afrontar con mayor decisión cualquier iniciativa de reciclaje.

Técnicamente hablando, los investigadores ya han ideado maneras de separar los diferentes metales, así como las diversas calidades de plásticos, a partir de componentes triturados y desechados.

Para donar equipos fuera de uso a esta ONG se puede escribir a [email protected] o llamar al celular(15) 5475-2523.

Fuente Consultada: Diario Clarin (6 de Diciembre de 2006)


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