La Represión en las Fábricas En la Dictadura Militar a Obreros
La Represión en las Fábricas - La Dictadura Militar Contra los Obreros
Casi todas las plantas industriales fueron ocupadas por las tropas. (...)
La coordinación “carne” y "uña” entre los militares y la administración de la Ford Motor Company convirtió su planta de General Pacheco en la provincia de Buenos Aires en la apoteosis de la brutalidad contra los trabajadores.
“Rodearon Ford con camiones y jeeps, armados hasta los dientes, nos registraban uno por uno y llevaron muchos compañeros detenidos.
Nos revisaban los cofres, los vestuarios, hacían requisas permanentes... S
e llevaron a los delegados, subdelegados, activistas. Destrozaron el Cuerno de Delegados... hubo cien desaparecidos.
Muchos aparecieron después como detenidos y muchos han sido soltados.
Otros nunca aparecieron.”
Los dirigentes sindicales Adolfo Sánchez y Juan Carlos Amoroso fueron llamados el día antes del golpe a una reunión con los cabecillas del departamento de Relaciones Laborales de la Ford Motor en su planta de estampado.
“La empresa reúne al cuerpo de Delegados que se encontraba en la planta de estampado...
En esa reunión el señor Galarraga [gerente de Relaciones Laborales] lee un papel que dice le entregó un coronel al cual se negó a identificar porque ‘su palabra bastaba’, para exhortarles a trabajar en sus tareas olvidándose de todo tipo de reclamos y, manifestó, que todo problema se había acabado.”
Como había todavía negociaciones pendientes solicitadas por los delegados sobre una cuestión de cuentas, Amoroso preguntó si esas conversaciones iban todavía a celebrarse.
“Usted, señor no entiende”, replicó el jefe de Ford.
“Esta reunión ha terminado. Amoroso, déle saludos a Camps.”
Cuando los trabajadores preguntaron quién era ese hombre —el coronel Ramón Camps, que más tarde se jactó de ser responsable de unas 5.000 muertes— los jefes de la Ford se echaron a reír “Ya se va a enterar-”, replicaron.
Tres días más tarde, Amoroso, Sánchez y los otros dirigentes fueron secuestrados de sus casas por hombres armados que llevaban tarjetas tomadas de los archivos de la oficina de personal de Ford.
El l 2 de abril la policía y tropas del Ejército rodearon la planta de General Motors de Barracas en una operación espectacular Un ala de la fábrica se había rehusado a trabajar después de haber sido despoja dos de sus beneficios por realizar tareas inseguras.
Un capitán del Ejército y unos pocos de sus soldados empezaron ¿interrogar a los trabajadores sobre la causa del paro.
Luego hablaron con los jefes de la fábrica. (...)
Una vez que la situación quedó “normalizada”, las tropas se retiraron llevándose consigo a tres trabajadores que protestaban.
Obligados a trabajar con rifles apuntando a sus espaldas a un ritmo febril de producción, la disciplina laboral y la represión hicieron las condiciones insoportables para los trabajadores.
Situaciones similares a las de Ford y General Motors se dieron en la Argentina en otras grandes plantas automotrices: Fiat, Renault, Peugeot y Mercedes Benz.
Pero no sólo los trabajadores mecánicos sufrieron los efectos de las primeras operaciones militares.
Casi todas la fábricas del país fueron sometidas a supervisión.
Este cambio se dio especialmente en las compañías consideradas vitales por los militares y en las industrias más importantes de cada sector o actividad.
Martín Andersen
Dossier secreto. El mito de la guerra sucia
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