Higiene Bucal Importancia del Cuidado de los Dientes Caries Cepillado

Higiene Bucal Importancia del Cuidado de los Dientes

HIGIENE BUCO-DENTAL: En el niño, como en el adultos es necesario realizar una higiene dental diaria. Esta evita el depósito de la placa bacteriana, o placa dental, que se vuelve a formar a las 6 horas del último cepillado, y que da origen a las caries y enfermedades de las encías.

Placa dental.

En sus orígenes, la placa dental se presenta como una fina película formada por mucus, lípidos y azúcares, cuya presencia favorece la multiplicación de las bacterias.

Después se enriquece con restos alimenticios, que son utilizados por las bacterias para producir ácidos que originan la caries.

El depósito de esta placa se ve favorecido por los dientes mal implantados, las caries no tratadas o las prótesis dentales mal hechas. Si la placa dental no se retira, se calcifica por el aporte calcáreo de la salive y se convierte en sarro, lo que provoca una inflamación de la encía (gingivitis) que, si no se hace una desincrustación, conduce a la destrucción del hueso que sostiene los dientes y a su descarnamiento.

La placa y el sarro se depositan sobre las prótesis dentales fijas y sobre los aparatos de ortodoncia.

Su limpieza regular después de cada comida es una medida de higiene tan importante como el cepillado de los dientes.

Cepillado.

Debe efectuarse después de cada comida, durante tres minutos como mínimo, con la ayuda de un dentífrico.

Es una pasta limpiadora y suavemente abrasiva que puede contener medicamentos y sales minerales en pequeñas dosis como, por ejemplo, el flúor, que lucha contra la caries, el cloruro de es troncio, para los dientes sensibles, antiinflamatorios para las encías que sangran e, incluso, antibióticos.

En los niños, la primera fase de prevención es la enseñanza del cepillado, que debe ser promovido en las escuelas; también se aconseja realizar dos visitas anuales al dentista para detectar y tratar eventuales caries o cualquier otra anomalía en la formación de los dientes.

Conviene limitar el consumo de azúcares únicamente a las comidas.

Los adultos deben acudir al dentista una vez al año.

La visita permite controlar posibles anomalías y recibir los consejos más adecuados respecto a una correcta higiene bucal.

Flúor.

El médico odontólogo puede también prescribir flúor como medida preventiva: el flúor refuerza el esmalte dental frente a la agresión de los ácidos producidos por las bacterias, reduce la adherencia de la placa dental y posee una actividad antibacteriana.

Los comprimidos de flúor (dosificados a 0,25 mg o 1 mg) son la forma más activa.

Se prescriben normalmente a la mujer encinta y a los niños, pues es durante el crecimiento y la formación de las encías cuando el flúor refuerza mejor el esmalte.

Al contrario, en el adulto, el flúor no puede penetrar rolas capas profundas del diente, por lo que no tiene más que un efecto superficial.

El cirujano dentista utiliza también los geles fluorados: la difusión se hace de forma eléctrica gracias a canales adaptados a los arcos alveolares y en varias sesiones.

De todas maneras, la prescripción de flúor debe tener en cuenta, como todo medicamento, la edad y el peso del sujeto.

En efecto, demasiado flúor provoca alteraciones importantes del esmalte dental, que van de la simple mancha a la malformación; además, puede llegar a provocar osteoporosis.

Importancia de la nutrición.

La higiene alimentaria es importante.

Si se consumen alimentos de consistencia blanda y ricos en azúcares de absorción rápida, la placa dental se formará más fácilmente, pues no existe la autolimpieza, que se produce con una alimentación más dura y rica.

En caso de aporte insuficiente de ciertas vitaminas o de regímenes mal equilibrados, se pueden observar problemas gingivales y óseos.

La falta de vitamina A provoca hinchazón de las encías, y la de vitamina D conduce a una pérdida de densidad del hueso que soporta los dientes. Las encías sangran si hay falta de vitamina K.

La falta de vitamina C, que. raramente se observa en los países industrializados, provoca el escorbuto.

Una deficiencia de proteínas produce la degeneración de las encías y provoca porosidades óseas.

Ortodoncia.

El facultativo actúa a nivel preventivo y también curativo. Muchas veces se hace necesario aplicar tratamientos de ortodoncia y conservación o colocar prótesis, lo que contribuye al mantenimiento de una correcta higiene dental.

Los tratamientos ortodónticos en el niño (entre 8 y 13 años) consistan, con la ayuda de aparatos fijos o móviles, en desplazar los dientes a fin de obtener una alineación regular sobre los alvéolos.

Se practican igualmente en el adulto pero con mayor dificultad, pues los dientes están más sólidamente anclados en el hueso.

Limpieza dental.

Tiene que ser efectuada por el odontologo en la visita anual, o dos o tres veces al año si es necesario, para impedir la instalación de la enfermedad parodental.

En esta ocasión es aconsejable la utilización de baños de boca con efecto antibacteriano.

Deben obturarse las cavidades de las caries y las raíces dentales infectadas.

Si un diente está demasiado deteriorado, se impone la colocación de una corona; si, por el contrario, no se puede detener la infección o si el deterioro no permite la conservación sobre el alvéolo, se de-beta extraer la pieza.

Prótesis.

Los dientes que faltan pueden ser remplazados por prótesis fijadas a los dientes próximos (puentes) o por prótesis fijas.

Los otros dientes se mantienen sobre el arco alveolar y la masticación es perfectamente normal.

En odontología, las prótesis se construyen con materiales inertes.

Actualmente, el oro y la plata se suelen sustituir por porcelanas, resinas y materiales plásticos para la confección de las piezas.

El diente:

Este órgano de una pieza está compuesto por la corona (A) y la raiz (B), formadas por marfil, o dentina, sustancia porosa.

La corona, única parte visible en la boca, está recubierta de un esmalte blanco y traslúcido (1), la sustancia más mineralizada, y por consiguiente la más dura, de todo el organismo.

La raíz, recubierta de cemento (2) [sustancia parecida al hueso], es más larga y está incrustada en un alvéolo óseo (3) de la mandíbula, a la que está fijada sólidamente por un conjunto de fibras.

La conjunción entre la corona y la raíz se llama cuello dental (4) y puede ser una zona vulnerable 55 no se encuentra recubierta por esmalte o cemento.

Finalmente, el diente tiene un contenido, la pulpa (5), situada roja cámara pulpar a nivel de la corona y en el canal radicular en jaraíz. Está compuesta, en parte, de vasos y nervios (6) origen del dolor en caso de agresión) y de células, algunas de las cuales producen la dentina.

La caries dental:

Es una enfermedad infecciosa que produce una destrucción de los tejidos duros del diente: el esmalte, la dentina, el cemento.

Se produce por la liberación de ácido de las bacterias que viven a expensas de los restos de alimentos, principalmente azúcares.

El esmalte es el primer atacado; su desmineralización permite a las bacterias progresar e invadir la dentina, mas porosa; en este momento, el frío y la ingestión de azúcares hacen sentir un dolor intenso pero breve.

Sino se hace nada en este estadio, la pulpa dental, o nervio dental’, es atacado con más o menos rapidez; se inflama y provoca un dolor pulsátil: es el clásico dolor de muelas.

Si la pieza dental no es desvitalizada, la pulpa se necrosa y provoca un absceso dental que se forma al principio de las raíces y puede difundirse en el hueso y conducir a una inflamación de la mejilla; el dolor puede ser difuso sobre la mitad del arco alveolar o situado sobre el diente atacado.


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