Principales Obras Civiles Argentinas:Puentes,Represas y Centrales
DESTACADAS OBRAS CIVILES EN ARGENTINA
LA OTRA CARA DE LA MISMA ARGENTINA:
Una de las grandes contradicciones nacionales es que en la Argentina, al mismo tiempo que se hicieron muchas obras, y aun hay muchas para hacer, hay también demasiadas obras que comenzaron a construirse y se interrumpieron.
También hubo otras que debimos adaptarnos al estado en que fueron abandonadas, y finalmente otras que se reconstruyeron luego de varios años de su abandono.
LAS AUTOPISTAS A NINGUNA PARTE
La construcción de autopistas en la Argentina, llena varios capítulos de la historia de lo inconcluso.
A fines de los años cuarenta el ingeniero Olimpo Lauro Laura publicó varios trabajos en la revista del Centro Argentino de ingenieros en los que proponía la construcción de una serie de autopistas en la ciudad de Buenos Aires.
Si bien entonces no se hizo nada, la idea fue rescatada por su hijo Guillermo en el libro La ciudad arterial, publicado en 1970.
Entretanto, durante los años cuarenta, se encaró la construcción del Acceso Sudeste a la Capital, que partía del Puente Nicolás Avellaneda de la Boca, inaugurado poco antes.
El primer paso fue construir varios puentes aislados en el Dock Sud, Sarandí y Villa Dominico que deberían haber sido unidos por un terraplén que nunca se hizo.
Como consecuencia durante décadas debajo de estos puentes, que fueron utilizados como símbolo en la novela de Jorge Asís La calle de los caballos muertos, se juntó basura y vivieron homeless.
Finalmente el acceso se construyó, con otra traza, y la mayoría de estas obras fueron dinamitadas.
Independientemente de esta realidad, la idea de que había que construir autopistas estaba encarnada en la sociedad y la política, al punto que durante muchos años existió un impuesto específico, el "Fondo Nacional de Autopistas», que gravaba los automotores, pero que no sirvió para su destino original, habiendo sido desviados los dineros hacia otros usos.
Guillermo Laura, que volvió al ruedo como secretario de Obras Públicas del intendente Osvaldo Cacciatore, desempolvó el proyecto familiar, y casi sin modificaciones comenzó a ponerlo en práctica, sin reparar en que algunos detalles — sobre todo los accesos y lo que tiene relación con el impacto ecológico— eran obsoletos.
De todo lo proyectado sólo se completó el tramo que va desde la avenida Madero hasta la avenida General Paz, quedando muchos trabajos a medio hacer o incompletos contribuyendo al sufrido paisaje del Buenos Aires inconcluso.
La denominada autopista 9 de Julio se licitó sin traza, con la esperanza de poder ocupar terrenos públicos para su desarrollo, lo que incluía mover las vías del ferrocarril Belgrano y achicar el Aeroparque.
Se pudo completar el sector Riachuelo - Constitución, y muchos años después un tramito que hoy se llama Autopista Illia.
El resto de la obra sigue en veremos.
En la medida en que esta obra se licitó y no se pudo terminar por incumplimiento del Estado en liberar el terreno, sería interesantísimo conocer lo que se gastó en ella por este motivo.
También hay un tramo de viaducto que corta la avenida Fernández de la Cruz a la altura del Parque de la ciudad que estuvo abandonado durante muchos años y que ahora se está completando.
Otro capítulo de las autopistas metropolitanas es la que debería haber corrido desde el encuentro de la General Paz con la Panamericana hacia el centro de la ciudad.
Se expropiaron unas veinte hectáreas hasta la esquina de Donado y Quesada, se demolió parte de las construcciones de la traza, pero no se construyó nada.
Algunos edificios luego fueron intrusados, generando los clásicos conflictos sociales en un barrio que nunca se imaginó ese destino, y recientemente la ciudad habilitó en ese espacio una avenida ancha a nivel, que esquiva prolijamente los edificios intrusados remanentes, y que en el fondo no es ni chicha ni limonada.
Otra referencia a las autopistas inconclusas tiene que ver con el proyecto de hacer una aeroisla en el río de la Plata, que con diversas variantes, se remonta a los años treinta.
Jamás se comenzó ningún trabajo, aunque hay varios proyectos, todos incompletos.
Lo curioso es que a principios de los años setenta, cuando se construyó el puente que enlaza la avenida Lugones con la avenida General Paz, en el límite de la ciudad, se tuvo en cuenta que existía la previsión de hacer una aeroisla, y éste se dimensionó para empalmar con una futura vía que llegaría hasta allí.
Treinta años después estas salidas están siendo utilizadas para empalmar con otro proyecto vial distinto del original.
Fuera de la ciudad de Buenos Aires, es llamativo el remate de la ruta 2, convertida recientemente en una multitrocha que une Florencio Várela con Carnet, y fue financiada por la provincia de Buenos Aires.
El último tramo, el acceso a la ciudad de Mar del Plata, que debería haber sido materializado por ésta nunca se hizo, y hoy tenemos casi cuatrocientos kilómetros de ruta de cuatro carriles que terminan en un camino vecinal que incluye hasta lomos de burro.
Fuente Consultada: Todo es Historia N°392 Marzo 2000 - Nota: La Argentina Inconclusa