Medir la Capacidad Pulmonar- El Espirómetro
¿COMO SE MIDE LA CAPACIDAD PULMONAR?- USO DEL ESPIRÓMETRO
LA CAPACIDAD PULMONAR:
El aire es vital para nuestro organismo; en esto mezcla de gases, junto con nitrógeno, anhídrido carbónico, vapor de agua y pequeñas cantidades de gases nobles, se encuentra el oxígeno, en una proporción del 21 %, aproximadamente.
El oxígeno es, en realidad, el elemento indispensable para lo vida animal; sin él no se puede verificar la combustión celular y, por tanto, todas las complicadas reacciones orgánicas que constituyen el metabolismo de los seres animados.
El hombre, como la mayoría de los animales terrestres y aéreos, dispone de pulmones para inspirar el aire y ponerlo en contacto con el sistema circulatorio, donde la sangre incorpora a su hemoglobina el oxígeno que el organismo requiere.
Las necesidades respiratorias del hombre adulto pueden variar bastante y dependen del tipo de actividad que realice o del estado patológico en que se encuentre.
Así, un hombre que realiza un trabajo físico intenso (o un atleta en plena competición) está quemando sus reservas alimenticias masivamente y, por tanto, consumiendo oxígeno en igual proporción.
Si estos esfuerzos los realiza un hombre normal, que no está acostumbrado a ellos, su respiración se hace jadeante, inspira y espira el aire a un ritmo muy superior al ordinario, porque su capacidad pulmonar no está desarrollada para llevar a cabo tales esfuerzos.
Por otra parte, cuando una persona tiene fiebre, su metabolismo, acelerado por causas patológicas, es intenso; el cuerpo no puede disipar la energía calorífica que produce y, en consecuencia, se eleva su temperatura; en tales condiciones, su respiración tiene que suplir también el incremento del oxígeno que su activo metabolismo requiere y aquélla llega, entonces, a ser jadeante, si no se toman ciertas precauciones —como guardar cama, es decir, permanecer en reposo—, para que el cuerpo tenga las menores exigencias energéticas posibles.
¿Y cuál es la capacidad pulmonar del hombre?
Este término es un poco ambiguo y necesitamos aclararlo, porque existen, diversas capacidades pulmonares, que dependen de la forma en que se realice la respiración.
Para explicarlo mejor, vamos a referirnos a los valores medios de un hombre corriente.
La capacidad pulmonar de nuestro organismo se puede determinar, experimentalmente, con un aparato que se denomina espirómetro.
En la figura se ha representado un esquema de dicho aparato; consta de un recipiente lleno de agua, que dispone de una campana invertida, como las utilizadas para recoger gases, equilibrada cuidadosamente, a través de una polea, por un peso determinado.
El hombre que quiere averiguar su capacidad pulmonar espira el aire por un tubo de goma y, de esta forma, lo introduce en el interior de lá campana, provocando su ascensión; un índice, situado en la parte superior de aquélla, recorre una escala graduada y registra directamente el volumen de aire espirado por el individuo.
Si el hombre inspira y espira normalmente en el aparato, el índice señalará 0,5 litros; es decir, el volumen de aire normal respirado por el hombre es de medio litro.
Si ahora inspira a fondo y espira normalmente, el índice señalará 2 litros; si o estos 2 litros le restamos el medio litro del aire normal, tenemos 1,5 litros, que constituyen el denominado aire complementario, que puede conseguir el hombre forzando la inspiración.
El individuo también puede realizar una inspiración normal y una espiración forzada; en tal caso, el índice señala también. 2 litros; si de estos 2 litros restamos el medio litro del aire normal, tenemos 1,5 litros del llamado aire de reserva, otro volumen extra, del que puede disponer el hombre forzando la respiración.
Por último, si se esfuerza tanto la inspiración, como la espiración, el espirómetro señalará 3,5 litros, volumen que constituye la capacidad vital del hombre, que, evidentemente, se compone de los siguientes términos:
Aire normal (0,5 l.) + Aire complementario (1,5 l.) + Aire de reserva (1,5 l.) = 3,5 litros
Pero, a pesar de todos los esfuerzos que el hombre haga, en la espiración, no puede desalojar por completo todo el aire que guarda en sus pulmones.
Quedan, otros 1,5 litros en su interior, que constituyen el volumen dé aire residual.
En consecuencia, la capacidad total de los pulmones del hombre normal es de 5 litros, sumo de los volúmenes de aire normal, complementario, de reserva y residual.
Ahora cabe preguntarse: ¿por qué muchos atletas, aun en plena, competición, están frescos y tienen el ritmo de respiración normal, según se observa?
Ello es consecuencia de la gimnasia y del entrenamiento que realizan sistemáticamente; con ejercicios respiratorios bien dirigidos y practicados, la capacidad vital de sus pulmones puede llegar a incrementarse notablemente y pasar, del valor normal (3,5 litros), a un valor de 7 litros.
Es fácil imaginar que tal capacidad respiratoria puede suministrar adecuadamente el incremento de oxígeno que exige un esfuerzo deportivo.
Por ello, un buen deportista (o un hombre que quisiera mantenerse en excelente forma física) no debe abandonar los ejercicios gimnásticos.
Fuente Consultada:
TECNIRAMA Enciclopedia de la Ciencia y La Tecnología Fasc. N°98
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