Por Que La Luna Muestra Siempre la Misma Cara Hacia La Tierra?
¿Por Que La Luna Muestra Siempre la Misma Cara?
En 1609, poco después de que fue inventado el telescopio el gran astrónomo italiano Galileo Galilei le hizo adaptaciones para estudiar en las noches el cielo; ese fue su primer uso en astronomía.
Los telescopios de Galileo Galilei eran rudimentarios (el primero aumentaba los objetos tres veces), pero mostraban el cielo como nadie antes lo habla visto.
Su visión de la Luna, aunque mas clara. no difería mucho de lo que habían visto los primeros hombres hace casi tres millones de años, o los astrónomos babilonios 2000 años a. C.
Ya sea que observemos la Luna a simple vista o con ayuda del telescopio más potente, sólo veremos una cara.
Para comprender por qué (y quizá explicárselo a un niño) intente este sencillo experimento, en el que usted representará a la Tierra y el niño a la Luna: haga una marca en el suelo póngase sobre ella y haga que el niño se mueva de frente a usted y a su alrededor y usted muévase al mismo tiempo, de manera que no pierdan contacto visual.
Cuando ambos hayan completado un circulo, habrán regresado al sitio de partida sin que ninguno de los dos haya visto la espalda al otro.
Sin embargo, esto solo es posible cuando giran en perfecta sincronía si el niño realiza sólo un 99.999% del giro en cada órbita completa, llegará el momento en que usted verá su espalda o él la de usted.
La luna gira sobre su eje una vez cada 27 días y un tercio, tiempo que tarda en completar su órbita alrededor de la Tierra.
Si lo hiciera con mayor o menor velocidad, la otra cara de la Luna gradualmente quedaría expuesta.
La rotación de la Tierra y la de la Luna guardan una perfecta sincronía, a manera de engranajes, de tal forma que una parle queda oculta.
¿Puede ser casualidad esta perfección?. Quizás lo crean así, pero otras lunas —los satélites de Marte y de Júpiter por ejemplo— también muestran solo una cara a sus planetas tutelares.
Este comportamiento no es coincidencia y está gobernado por lo que los astrónomos llaman “candado de mareas”
Cuando nuestra Luna era roca fundida se formó una protuberancia en su cara visible.
Esa protuberancia una marejada en roca fundida fue causada por la atracción gravitacional de la Tierra, la cual actúa con mayor fuerza sobre la cara visible de la Luna que sobre la oculta.
Cuando la Luna giraba , el candado de mareas de roca fundida subía y bajaba rozando el material del núcleo lunar y frenando gradualmente su movimiento de rotación.
Cuando había diferencia entre el tiempo que tardaba la Luna en girar alrededor de su eje que tardaba en alrededor de la Tierra, la fricción de la marea frenaba su rotación.
Sólo cuando la Tierra y su Luna estaban perfectamente sincronizadas cesaba la acción del freno de marea.
Pero cuando esto sucedía, la otra cara de la Luna quedaba ya oculta.
Por fortuna ya no confiamos en la simple observación desde la Tierra para obtener información acerca de los cuerpos celestes.
En 1959, la sonda espacial de la Unión Soviética, Luna III, envió las primeras imágenes del lado oculto de la Luna; desde entonces, docenas de misiones soviéticas y estadounidenses han contribuido mucho a que sepamos más.
• EXPLICACIÓN MAS CIENTIFICA:
La atracción gravitatoria de la Luna sobre la Tierra hace subir el nivel del océano a ambos lados de nuestro planeta y crea así dos abultamientos.
A medida que la Tierra gira de oeste a este, estos dos bultos —de los cuales uno mira siempre hacia la Luna y el otro en dirección contraria— se desplazan de este a oeste alrededor de la Tierra.
Al efectuar este desplazamiento, los dos bultos rozan contra el fondo de los mares poco profundos como el de Bering o el de Irlanda.
Tal rozamiento convierte energía de rotación en calor, y este consumo de la energía de rotación terrestre hace que el movimiento de rotación de la Tierra alrededor de su eje vaya disminuyendo poco a poco.
Las marcas actúan como un freno sobre la rotación de la Tierra, y como consecuencia de ello los días terrestres se van alargando un segundo cada mil años.
Pero no es sólo el agua del océano lo que sube de nivel en respuesta a la gravedad lunar.
La corteza sólida de la Tierra también acusa el efecto, aunque en medida menos notable.
El resultado son dos pequeños abultamientos rocosos que van girando alrededor de la Tierra, el uno mirando hacia la Luna y el otro en la cara opuesta de nuestro planeta.
Durante este desplazamiento, el rozamiento de una capa rocosa contra otra va minando también la energía de rotación terrestre.
(Los bultos, claro está, no se mueven físicamente alrededor del planeta, sino que, a medida que el planeta gira, remiten en un lugar y se forman en otro, según qué porciones de la superficie pasen por debajo de la Luna.)
La Luna no tiene mares ni mareas en el sentido corriente.
Sin embargo, la corteza sólida de la Luna acusa la fuerza gravitatoria de la Tierra, y no hay que olvidar que ésta es ochenta veces más grande que la de la Luna.
El abultamiento provocado en la superficie lunar es mucho mayor que el de la superficie terrestre.
Por tanto, si la Luna rotase en un período de veinticuatro horas, estaría sometida a un rozamiento muchísimo mayor que la Tierra.
Además, como nuestro satélite tiene una masa mucho menor que la Tierra, su energía total de rotación sería ya de entrada, para períodos de rotación iguales, mucho menor.
Así, pues, la Luna, con una reserva inicial de energía muy pequeña, socavada rápidamente por los grandes bultos provocados por la Tierra, tuvo que sufrir una disminución relativamente rápida de su período de rotación.
Hace seguramente muchos millones de años debió de decelerarse hasta el punto de que el día lunar se igualó con el mes lunar.
De ahí en adelante, la Luna siempre mostraría la misma cara hacia la Tierra.
Esto, a su vez, congela los abultamientos en una posición fija.
Uno de ellos mira hacía la Tierra desde el centro mismo de la cara lunar que nosotros vemos, mientras que el otro apunta en la dirección contraria desde el centro mismo de la cara que no vemos.
Puesto que las dos caras no cambian de posición a medida que la Luna gira alrededor de la Tierra, los bultos no experimentan ningún nuevo cambio ni tampoco se produce rozamiento alguno que altere el período de rotación del satélite.
La Luna continuará mostrándonos la misma cara indefinidamente; lo cual, como veis, no es ninguna coincidencia, sino consecuencia inevitable de la gravitación y del rozamiento.
La Luna es un caso relativamente simple.
En ciertas condiciones, el rozamiento debido a las mareas puede dar lugar a condiciones de estabilidad más complicadas.
Durante unos ochenta años, por ejemplo, se pensó que Mercurio (el planeta más cercano al Sol y el más afectado por la gravedad solar) ofrecía siempre la misma cara al Sol, por el mismo motivo que la Luna ofrece siempre la misma cara a la Tierra.
Pero se ha comprobado que, en el caso de Mercurio, los efectos del rozamiento producen un período estable de rotación de 58 días, que es justamente dos tercios de los 88 días que constituyen el período de revolución de Mercurio alrededor del Sol.
Fuente Consultada: Cien Preguntas Sobre La Ciencia de Isaac Asimov
¿Por qué la Luna muestra siempre la misma cara hacia la Tierra?
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