Biografía de Julio Cortazar:Vida y Obra Literaria
Biografía de Julio Cortazar:Vida y Obra Literaria
Es uno de los escritores más reconocidos e influyentes de la literatura argentina y latinoamericana, particularmente en los años 60. Creador de relatos fantásticos, refleja en ellos mucho de su desasosiego, de su inquietud y de su lirismo metafísico.
Nació en el 26 de agosto de 1914 en Bruselas (Bélgica) . Hijo de padres argentinos, llegó por primera vez a Buenos Aires a los cuatro años.
Creció en Banfield, donde se recibió de maestro en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta, posteriormente se graduó como licenciado en letras y maestro de escuela.
Durante varios años trabajó como maestro rural en varios pueblos del interior de la Argentina.
Simultáneamente desarrolló la traducción; es notable su trabajo con la obra de Edgar Allan Poe.
En 1938, con el seudónimo de "Julio Denis" publicó Presencia, un libro de sonetos.
Su primer cuento, La Casa Tomada, fue publicado en 1946 un periódico literario llamado Anales de Buenos Aires, por iniciativa de su director responsable, quien era nada menos que Jorge Luis Borges.
Publica el poema dramático "Los Reyes", primera obra firmada con su nombre real e ignorado por la crítica. Según su propia definición, "se trata de una defensa del Minotauro".
Durante el verano escribe una primera novela, "Divertimento" que, de alguna manera, prefigura "Rayuela".
De joven estuvo políticamente comprometido con la con la revolución que derrocó a Yrigoyen en 1930.
Tenía pasión por el boxeo y por el jazz. Se deleitaba con el jazz.
Lo descubrió a comienzos de la década de 1930, en los viejos discos de pasta, con las bandas de Diake Elihigton o Jimmy Lunceford. Amaba el be-bop cuya extraña gramática habían diseñado Dizzy Gillespie y Chárlié Parker en los años 40. En París se encerraba a escuchar sus discos en el cuarto de juegos de su casa donde tocaban sin demasiado habilidad una trompeta.
En 1951, hastiado del chato ambiente cultural y el asfixiante clima político de su país, viajó a París, becado por el gobierno francés, donde estableció su residencia permanente y trabajó como traductor independiente de la UNESCO.
Ese mismo año aparecería su primer libro de cuentos, titulado Bestiario.
En París, Cortázar evolucionó como un eximio cuentista, un o de los auténticos renovadores del género, mezclando ambientes realistas que reflejan con precisión y detalle los paisajes y todo el entorno porteño que dejó para siempre.
Son historias fantásticas que se ubican en terrenos angustiantes, inciertos, que atrapan a sus lectores con el carácter implacable de ciertas pesadillas.
En 1954 Viaja a Italia, donde empieza a traducir los cuentos de Edgar Allan Poe y en 1956 en México publica el libro de cuentos "Final del juego", en el que aparece el cuento "Los venenos", al que Cortázar considera autobiográfico.
Tapa de la primeraedición de "Rayuela"
En 1963 Publica "Rayuela" en Editorial Sudamericana. Se venden 5 mil ejemplares el primer año. Publica "Una flor amarilla" en la 'Revista de Occidente' de Madrid y "Descripción de un Combate" en 'Eco contemporáneo'.
Ese mismo año participa como jurado en el Premio Casa de las Américas, en La Habana.
Fue el momento de mayor esplendor de Cortázar en Europa y en el mundo, cuando junto a Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, entre otros, terminaron de dar forma al milagro editorial conocido como «boom latinoamericano».
Mientras tanto, dio paso al escritor comprometido, de aspecto eternamente juvenil, al conversador de voz pastosa que repartía panfletos entre las barricadas del Mayo francés, en 1968. Unos años antes, en 1961, visitó y quedó deslumbrado con la Cuba revolucionaria.
Durante la dictadura argentina se opuso y denunció los actos represivos en América Latina.
Francia le otorgó la nacionalidad francesa, viajó a Cuba, y se deslumbró por la revolución Sandinista en Nicaragua.
Caminó por última vez las calles de Buenos Aires en noviembre de 1983, cuando la Argentina retornaba a la democracia. Paseó por La Boca, recorrió Almagro, entró en los bares de la calle Corrientes.
El 12 de febrero de 1984 muere de leucemia y es enterrado en el cementerio de Montparnasse, en la tumba donde yacía Carol Dunlop.
En México (Editorial Nueva Imagen) aparece su libro de poemas "Salvo el crepúsculo".
Carol Dunlop. En México (Editorial Nueva Imagen) aparece su libro de poemas "Salvo el crepúsculo".
SUS ULTIMOS AÑOS:
En 1970 viaja a 'Chile, para asistir a la toma de posesión de Salvador Allende.
Cuando el golpe de estado del general Pinochet acaba con el gobierno de la Unidad popular y con la vida del presidente, Cortázar pasa a ser uno de los más activos adversarios del nuevo gobierno.
Por estos años será miembro, junto con García Márquez, del Tribunal Russell, y participará en todas las reuniones que por la causa chilena se celebren.
Motivado por esta solidaridad con la resistencia chilena, escribe con urgencia la que será su última novela: El libro de Manuel (1973).
Por primera vez en su obra narrativa, Cortázar busca la convergencia de compromiso político y literatura pura.
En el El libro de Manuel lo anecdótico, lo lúdico y lo erótico se mancomunan con lo ideológico, lo ético y lo político explicitados en un discurso directo.
El entretenimiento alterna con la documentación, la fantasía con el alegato.
La realidad colectiva latinoamericana—subdesarrollo, colonialismo, tortura, guerrilla— y la realidad individual subjetiva —alienación, conciencias escindidas, fantasmas, locura— están una y otra inextricablemente entretejidas.
Cortázar no se pliega a las restricciones de la literatura realista, se niega a adoptar una estética militante. Propone una poética combativa sin renunciar a sus fabulaciones, ni a su humor, ni a sus búsquedas formales.
Para Cortázar la subversión revolucionaria no debe contentarse sólo con cambiar el sistema económico y social, debe «acrecentar y salvar el lado solar del hombre, su capacidad lúdica, erótica», debe dar origen al hombre nuevo.
A partir de entonces y hasta el final de su vida, Cortázar dedicará la mayor parte de su tiempo a la actividad política, aunque nunca vinculado a un partido.
Entendía esta labor como una responsabilidad del intelectual latinoamericano ante la circunstancia, casi siempre dramática, de su área idio-mática y vital.
Fruto de esta actividad nacieron gran cantidad de artículos de prensa, conferencias y ensayos, en los que analizaba la situación del exiliado, advirtiendo del peligro de la autocomplacencia en esa condición; criticaba los actos del gobierno militar argentino y manifestaba su apoyo a la revolución san-dinista del pueblo nicaragüense frente a las agresiones estadounidenses.
Pero Cortázar, si bien tomó partido por los movimientos de liberación, fue también un crítico severo de la conducta de los revolucionarios, de su mañiqueísmo y de sus prejuicios.
No obstante, no abandonaría por ello, la creación literaria.
Durante estos últimos años publicará varios libros de cuentos, Octaedro (1974), Alguien que anda por ahí (1977), Queremos tanto a Glenda (1981), y Deshoras (1983).
En ellos vuelve a lo fantástico, a la indagación psicológica, a la innovación formal y al motivo del horror.
En diciembre de 1983, Julio Cortázar viajaba a Buenos Aires, después de diez años.
Era una fugaz recuperación del pasado en la que muchos vieron una íntima despedida.
Dos meses más tarde, el 12 de febrero de 1984, moría en un hospital de París víctima de leucemia.
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