Pensamiento Educativo de Avellaneda:

LA EDUCACIÓN LEGAL EN ARGENTINA: NICOLÁS AVELLANEDA

Nicolás Avellaneda (1837-1885).

Fue tan brillante como breve la actuación de Nicolás: Avellaneda en la vida pública.

Durante el quinquenio 1868-1873 ocupó la cartera de Justicia e Instrucción Pública, realizando una vasta acción civilizadora de la que ningún rincón del país quedó excluido.

Gobierno de Nicolas Avellaneda:La Organizacion Nacional Liberal

Sus "Memorias" administrativas son la historia de esta obra fecunda, que fue, como pudo decir en verdad el joven ministro, "la página de honor de su vida pública".

Llegado a su vez a la presidencia de la Nación, continuó la empresa educativa de Sarmiento y pudo, no obstante la gran crisis financiera que afectó al país entero, llevar a cabo grandes progresos escolares, diseminando escuelas primarias, secundarias y normales, bibliotecas e instituciones culturales.

Elegido rector de la Universidad en 1881 y senador por Tucumán al año siguiente, desempeño ambos cargos simultáneamente.

Asistió al celebre Congreso Pedagógico Sudamericano de 1882.

Sus iniciativas parlamentarias se dirigieron asimismo a la instrucción publica.

Proyectó y defendió la ley universitaria que lleva su nombre, sancionada en 1885.

En el año 83, cuando se discutió la promulgación de la ley de Educación Común, tomó parte en los debates defendiendo ardientemente la enseñanza religiosa, como orador en el Senado y como escritor con el opúsculo La escuela sin religión.

No fue .Avellaneda un teórico de la educación.

Como Sarmiento, estructuró una pedagogía de acción destinada a interpretar y solucionar prácticamente los múltiples problemas educacionales planteados a la realidad social del país.

Toda su política educacional tendió a la consolidación de nuestra naciente democracia mediante la difusión de la cultura popular.

Para él, la educación constituye el eje alrededor del cual han de girar todas las actividades; la política, la economía y la riqueza de un país dependen directamente de la educación publica.

Nada tiene significado sin su concurso.

Por eso, es de interés supremo para la Nación propender al mejoramiento moral e intelectual de las masas populares.

Es preciso propagar por todos los medios la educación primaria en beneficio del país y de las instituciones libres.

Sin la educación general, distribuida indistintamente a todos, es decir, sin la igualdad de la educación, las otras igualdades consagradas por la ley carecen de realidad consistente por la falta de capacidad en el mayor número para el ejercicio del derecho.

Analiza Avellanada los factores y elementos que intervienen en en la solución del problema de la educación pública:

"el maestro; la renta que le mantiene y con la que se ha constituido el edificio donde se escuchan sus lecciones; y el alumno mismo, por fin, niño hoy, mañana hombre, pero del que sólo la educación puede hacer un hombre apto para los fines sociales".

Reconoce que al intentar estructurar un sistema cualquiera de educación, la primera dificultad que surge es la de la formación del maestro, de quien depende la decadencia o progreso de la escuela.

"El maestro -dice- no se improvisa: hay en él como en el militar o en el sacerdote, una vocación de su estado, sin la que no puede sostener sus fatigosas pruebas, y una instrucción especial que la prepara, fecunda y a veces la inspira como revelación de sus altos deberes y el conocimiento de su influencia sobre las generaciones nacientes".

Fuente Consultada: Historia de la educación de Manganiello Bregazzi.


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