Historia del Correo Argentino Creación Primera Estafeta Postal
Historia del Correo - Primera Estafeta Postal Argentina
Al producirse la expansión de la Corona Española hacia el continente Americano, y con el fin de asegurar las comunicaciones con los nuevos dominios, se creó por Real Cédula del 14 de mayo de 1514 el oficio de «Correo Mayor de las Indias, Islas y Tierra Firme de la Mar Océano Descubiertos y por Descubrir».
Como responsable del oficio se nombró en esa fecha al doctor Lorenzo Galindez de Carvajal.
Con él se inició una cadena de transmisión familiar graciosa la cual los Carvajal ostentarían el cargo por más de dos siglos, hasta su novena y última representante: doña Joaquina Ana María Magdalena Nieves Brun de Carvajal y Vargas.
Mientras tanto en Europa los cambios políticos se sobrevenían con su consiguiente repercusión en las colonias: a los Reyes Católicos les sucedieron la Casa de Habsburgo y a ésta la Casa de los barbones, surgida en 1700.
Estos últimos, restauradores de la antigua grandeza y gestores de una nueva política liberal en sus posesiones, decidieron, entre otras medidas, crear nuevas formas de vida social, económica y cultural con sistemas y rutas comerciales para las «Provincias o Reinos de Ultramar».
Bajo esta dinastía es cuando se inicia también la reivindicación del sistema de correos, en especial durante el reinado del primer Borbón, Felipe V (1700/1746) cuando, por Real Decreto del 20 de junio de 1707, incorpora a la Corona la «Real Renta de Correos, Postas y Caminos de España».
Esta medida motivó un reordenamiento del sistema de correos de América y se anticipó, sin saberlo, a los problemas gue surgirían en el plano comercial y que afectaron a las Indias, especialmente al Río de la Plata, luego del Tratado de Utrecht (11/4/1713).
En esos tiempos lo correspondencia entre España y las colonias era transportada por tres medios: navios de registro (o mercantes), avisos (o pataches) y navíos de guerra.
Por cualquiera de ellos esa correspondencia circuló desde 1707—pagando un porte de seis reales de plata la onzo— hasta 1720, en que por Real Cédula fue libre de pago. A la fecha se desconoce la existencia de algún registro de las mercaderías transportadas como de lo referido o la correspondencia, pero éste, sin embargo, debió existir en forma sencilla. Se impondría luego, a partir de 1764, cuando son creados los Correos Marítimos.
Por otro lado, todas esos cartas viajaron sin marca postal alguna hasta 1772, fecha en que aparece la primera correspondencia procedente de Cádiz con destino a Buenos Aires con la marca «ESPAÑA».
LA CREACIÓN DE NUESTRO CORREO
Pasaron los años y el Correo Mayor de Indias quedó dividido en dos: el de España, a cargo de la familia Thourund Taxis, y el de América a cargo de la familia Carvajal y Vargas, como ya señaláramos. Pero la política iniciada por Felipe V, de considerar al correo como un servicio del es todo, fue continuada a su fallecimiento en 1746 por su sucesor.
Así, por Real Cédula del 17 de junio de 1747, el rey Fernando VI nombra a don José de Carvajal y Lancaster en el cargo de Superintendente General de Postas y Correos, quien centralizó por muchos años el monopolio de la Rento de Correos. Sin embargo pasó el tiempo y poco fue lo que el Correo Mayor de las Indias, a través de sus nueve representantes, realizó en América —en especial en el Río de la Plata, ya que no se encuentra correspondencia alguna que no haya pasado por esa administración—.
La primera noticia que se conoce sobre correos en Buenos Aires es del entonces gobernador coronel don Balíazar García Ros (1715/17) quien publicó un bando para la reglamentación de los chasquis. Otra noticio es del séptimo Correo Mayor, don Diego Gregorio de Carvajal Vargas y Hurtado (1699/ 1731), quien procuró establecer un correo de chasquis entre Lima y Buenos Aires, llamado al que nadie compareció. Años después aparecería el verdadero organizador y fundador del correo en el Río de la Plata.
Nos referimos a don Domingo de Basavilbaso y Lopresa. Vizcaíno, natural de Llodío (Bilbao, España), nació el 1 ° de setiembre de 1709. Llegó y se estableció en Buenos Aires en 1727. Destacado comerciante ocupó importantes cargos públicos, siendo el primero el de Alcalde Ordinario de Primer y Segundo Voto en 1737. Más adelante, el gobernador teniente general don José de Andonaegui (1745/56) lo nombró administrador y tesorero de los «Derechos Impuestos» para controlar los gastos de una expedición contra los «indios infieles».
Fue por esa época que vislumbró lo necesidad de la organización de un correo fijo. El proyecto fue considerado necesario para el comercio y el octavo Correo Mayor de las Indias, don Melchor Malo de Molina y Espinóla, Marqués de Monterrico, solicitó en 1748 el establecimiento de «correos ordinarios». El pedido fue capitalizado por el gobernador Andonaegui, quien por Bando del 17 de junio de 1748 establece el Correo Fijo, nombrando como teniente del Correo Mayor de las Indias a don Juan Vicente de Vetolaza y Luna.
Es pues ésta la fecha iniciadora de nuestro sistema postal organizado. A Vetolaza y Luna le seguirán tres tenientes más hasta 1769, en que es nombrado, con justo reconocimiento, don Domingo de Basavilbaso y Lapresa, pero ahora con el cargo de administrador de la Real Renta de Correos de Buenos Aires. Basavilbaso y Lapresa permaneció en el puesto hasta el 19 de noviembre de 1771, fecha en que renuncia.
El 9 de mayo de 1775 fallece, legándonos las bases de nuestro Correo Argentino actual. Bajo su administración se nombró al primer cartero que tuvo Buenos Aires, en la persona de Bruno Ramírez, el 14 de septiembre de 1771. Finalmente destacamos que su casa, construida en las cercanías del ex Concejo Deliberante, fue la primera de las seis casas de correo de Buenos Aires. Pero eso es otro historia.
Bibliografía -BUNO, CAYETANO, Historia del Correo en América, Editorial Rivadeneira, Madrid, 1920. -CASTRO ESTEVES, RICARDO DE, Historia de Correos y Telégrafos as la República Argentina, Talleres del Correo, Buenos Aires Tomo li, 1938. -BosE, WAITER B.L., Historia del Correo de España e Hispanoamérica, Boletín de la Academia Iberoamericana . Filipina de Historia Postal, Madrid, 1951.