La Explosión Demográfica: Crecimiento de la Poblacion Mundial

La Explosión Demográfica
El Crecimiento de la Población Mundial

LA SUPEROBLACIÓN

Cuenta hasta diez... En este corto intervalo de tiempo han aparecido sobre el suelo de este planeta, tres seres humanos más, 250.000 al día que compartirán con nosotros tierra, alimentos y agua.

O por lo menos lo intentarán, ya que mas del 90% de estos niños nacen prisioneros en países del Tercer Mundo.

Religión, sociedades patriarcales e intereses políticos y económicos han mantenido a lo largo de la historia posturas contrarias al descenso en las tasas de natalidad y han estrechado el cerco en torno a la mujer. ¿Por qué?

EVOLUCIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN MUNDIAL

Al estudiar la población mundial, lo primero que interesa conocer es cuántas personas viven actualmente sobre la Tierra y cómo ha evolucionado y evolucionará en el futuro el número de habitantes.

En la actualidad, la población total de nuestro planeta es de unos 7.500 millones de personas y se calcula que en el año 2050 superará los 9.000 millones.

Esto indica un crecimiento muy rápido y sostenido, pero no siempre ha sido así.

Durante largos período: históricos, la población humana permaneció prácticamente estable.

El número de nacimientos era cas: igual al de muertes y eso impedía que las sociedades crecieran.

Además, cuando por fin conseguían crecer, con frecuencia una epidemia, una guerra o una hambruna diezmaban buena parte de la población.

Cada vez somos más.

En la actualidad hay cerca de siete mil millones de personas sobre la tierra y cada año se pueden sumar 120 millones más.

La ONU calcula que en el año 2.050 habrá entre 9.000 y 11.200 millones de personas en el mundo.

A pesar de ello podemos estar de enhorabuena, ya que los dramáticos cálculos de Tomas Malthus hace doscientos años que predecían una catástrofe demográfica.

"La capacidad de crecimiento de la población es infinitamente mayor que la capacidad de la tierra para producir alimentos", de momento no se ha cumplido.

No obstante, son cifras que están ahí y que sobrevuelan nuestras cabezas recordándonos que esas probabilidades están presentes.

Los hechos demuestran que dar de comer a tantas bocas está provocando un fuerte deterioro medioambiental que deja especial huella en los países del Tercer Mundo.

Allí la pérdida de los bosques y especies, la contaminación de lagos, ríos y océanos, la acumulación de gases invernadero y destrucción de la capa de ozono preservadora de la vida terrestre, son consecuencias derivadas de la política llevada a cabo por aquellos gobiernos.

Grafica del Crecimiento Poblacional

cuadro crecimiento poblacional

La pobreza les ha conducido a una sobreexplotación de los recursos naturales en un intento fallido por pagar su deuda externa.

Al final, los pobres han vendido o alquilado sus mejores tierras a los ricos por no poder atenderlas, y ellos se han tenido que ir a los bosques, a degradar suelos para poder alimentar a sus familias.

Nos hallamos ante una espiral descendente donde la pobreza contribuye directamente a un crecimiento de población:

Se necesitan hijos para trabajar en el campo, llevar dinero a casa y asegurar en cierta forma el sustento en la vejez.

El agotamiento de los acuíferos, la escasez de alimentos y la deforestación están empezando a afectar a las perspectivas económicas mundiales.

La escasez de alimentos, agotamiento de los acuíferos, de las pesquerías y la deforestación están empezando a afectar a las perspectivas económicas mundiales, pero más que por la cantidad a juzgar por los hechos- nos atreveríamos a decir que por la distribución, por el desigual reparto que permite que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres más pobres.

Sólo EE.UU. consume la mitad de los recursos no renovables del planeta y su población sólo supone el 5% de la población mundial.

En 1982 en el Reino Unido, se gastaron más de 235 millones de dólares en ayudas para adelgazar, mientras que se donaron 50 millones para el Tercer Mundo.

Siguiendo con las incongruencias, un porcentaje muy elevado de la población china actual es obesa debido a una sobrealimentación, y se han triplicado los casos de diabetes y cáncer debido a un consumo excesivo de grasas animales como parte de la dieta diaria.

El crecimiento demográfico es uno de los rasgos dominantes del siglo XX.

A una población mundial de siete mil quinientos millones de personas, cada año se suman ciento veinte millones más, o sea, más del doble de la población española actual, o la de México entera.

En ningún momento de la historia ha sido tan numerosa la población ni nunca ha sido tan rápido su índice de crecimiento.

El Crecimiento Demográfico a Través del Tiempo.

Durante el tiempo que el hombre ha vivido sobre la Tierra, su índice de crecimiento ha sido bastante lento.

Aunque apenas se dispone de datos anteriores a 1800, el aumento de la población fue casi imperceptible durante miles de años.

Es al llegar a los últimos dos siglos cuando las cifras se disparan.

Un núcleo de población crece cuando hay más nacimientos que muertes.

El índice de natalidad es la relación entre el número de nacimientos anuales por cada mil personas del total de la población.

El índice de mortalidad es la misma relación, aplicada a las defunciones.

curva de crecimiento de la poblacion mundial desde 1750

Ambos sirven para comparar el número de nacimientos y muertes en los distintos países.

El índice de crecimiento es la diferencia entre los índices de natalidad y mortalidad.

Por ejemplo, si un país tiene diez millones de habitantes y en un año nacen doscientas mil personas y mueren cien mil, al cabo de un año la población será de diez millones cien mil personas con un índice de crecimiento de diez por mil o del uno por ciento.

Hacia el año 8000 a.C., durante la llamada revolución neolítica o nueva Edad de Piedra, se produjo un notable crecimiento demográfico.

En varias partes del planeta el hombre aprendió a cultivar la tierra y a obtener los alimentos necesarios para su subsistencia, que hasta entonces provenían de la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres.

El nacimiento de la agricultura le obligó a abandonar la vida nómada y las primeras comunidades sedentarias se formaron al establecerse varias familias en un mismo territorio.

Aunque hubo un rápido crecimiento de la población, no disminuyó la mortalidad porque la subsistencia dependía de los agentes exteriores.

La consecuencia de una mala cosecha era el hambre; la sequía y las epidemias diezmaron a las primeras tribus sedentarias.

En el año 8000 a.C., la población mundial era de unos cinco millones de personas.

A partir de entonces, su número fue gradualmente en aumentó duplicándose cada mil quinientos años hasta llegar a los quinientos millones en 1650 d.C., con un índice de crecimiento inferior al uno por ciento al año.

En la historia de la humanidad hay un hecho cierto: el sufrimiento y la brevedad de la vida.

El hambre, las enfermedades, las catástrofes naturales y la guerra, han sido siempre sus sempiternos enemigos.

En el siglo XIV la peste bubónica o “peste negra” arrasó Europa.

En las regiones más afectadas por ella murió nada menos que un treinta o cuarenta por ciento de sus habitantes

Aunque se tuvieran muchos hijos, la supervivencia era extremadamente difícil. No obstante, entre 1650 y 1850, la población mundial llegó a los mil millones de personas.

El Periodo de duplicación, es decir, el período de tiempo en el que se duplican las cifras de la población, se redujo de mil quinientos a doscientos años y el índice anual de crecimiento superó el uno por ciento al disminuir notablemente la mortalidad a partir de 1700.

A partir del siglo XVIII, la revolución industrial trajo consigo un conjunto de transformaciones económicas y sociales en diversos países europeos.

Entre 1760 y 1780, en la industria textil algodonera británica se produjo una súbita aceleración de su progreso que se extendió luego a otras ramas de la producción y transformó profundamente su economía y su sociedad.

Las invenciones técnicas se sucedieron en pocos años: máquina de hilar, telar mecánico,. etc. pero los conocimientos científicos y tecnológicos estaban ya disponibles desde finales del siglo XVII.

El comercio colonial, que ofrecía unos beneficios extraordinarios y un mercado ilimitado, movió a los industriales británicos a aplicar nuevos métodos técnicos que aumentaran la capeada productiva y compitieran ventajosamente  con los artículos de fabricación artesana.

La expansión en el sector algodonero influyó en el progreso de la siderurgia, en la minería del carbón y en el perfeccionamiento de las máquinas de vapor.

De la necesidad de aumentar la producción de carbón y del perfeccionamiento de las máquinas de vapor nació el ferrocarril. Con él se abrió una nueva etapa de la revolución industrial.

Las comunicaciones terrestres experimentaron una profunda transformación y la demanda de hierro, acero y carbón creció de manera vertiginosa.

La revolución industrial siguió un curso muy diferente en los distintos países y ramas de la industria de acuerdo con el desarrollo histórico de cada país concreto, por una parte, y la influencia externa de los países industrializados más avanzados, por otra.

Tanto a escala mundial como nacional, engendró desigualdad.

El trabajo se organizó en grandes centrales: fábricas, forjas, astilleros, donde podía supervisarse la producción.

Importantes cambios en la agricultura acompañaron también a la revolución industrial.

La nueva clase trabajadora, separada de la tierra, dependía de una mayor producción de alimentos, que comenzaron a importarse en gran escala.

La productividad se multiplicó por mil en algunas industrias (hilatura del algodón) y se centuplicó en otras, como la industria textil, la siderurgia, industria química, con la correspondiente disminución del costo.

La demanda de estos productos y servicios aumentó en seguida, lo mismo que el número de personas y el capital invertido en las distintas ramas.

Junto con la productividad y la renta per cápita de los países industrializados crecieron también las ramas más afectadas por la nueva tecnología, lo que motivó un trasvase de la mano de obra hacia la industria y los servicios y un movimiento migratorio del campo a las ciudades.

En pleno siglo XX comienza la explosión demográfica en Asia, América del Sur y África, mientras que en Europa y Norteamérica desciende la natalidad.

Con el siglo terminó también la etapa de rápido crecimiento de la población europea. Al disminuir la natalidad, se redujo el índice de crecimiento.

En la actualidad, la población de Europa y Norteamérica crece a un ritmo muy lento.

Durante los últimos doscientos años, el número de miembros de la familia media se ha reducido a la mitad, pero se han duplicado las expectativas de vida de los recién nacidos, y los adultos tienen asegurada su longevidad.

Si en 1750 la duración media de la vida era de treinta y cinco años, en la actualidad es de unos setenta.

Esta longevidad se debe en gran parte a los descubrimientos de la medicina, que han permitido erradicar y vencer enfermedades en otro tiempo mortales por necesidad.

Los avances tecnológicos han permitido asimismo desarrollar una agricultura más productiva con menos mano de obra.

Al mismo tiempo, muchos europeos emigraron a Norteamérica y Australia a finales del siglo pasado y comienzos de éste.

Superpoblación en Calculta

Calcuta, India la poblacion

Imagen de la población de Calcuta en la India

En los países subdesarrollados hay muchos jóvenes en condiciones de pobreza, y a su vezesta población seguirá creciendo a un ritmo muy alto

Pakistan, trabajo infantil

Un niño ayuda a su padre en Pakistán, situación muy normal en los países subdesarrollados

A menos mortalidad, más nacimientos...

Los países llamados subdesarrollados o en vías de desarrollo se caracterizan por un lento crecimiento económico con una baja productividad y una renta muy baja por habitante.

Gran parte de la población es rural y se dedica a la agricultura, cuya productividad descansa exclusivamente en la mano de obra al no contar con los mismos medios técnicos que los países desarrollados.

Sólo un pequeño porcentaje está empleado en los servicios y en la industria, que, por lo general, se encuentra aún en la fase de la manufactura.

La reducción de la mortalidad no obedece fundamentalmente a los cambios implantados en la economía, sino a la difusión de la asistencia sanitaria, sobre todo a partir de 1920.

En muchos países asiáticos y sudamericanos este coeficiente se ha visto reducido drásticamente en cerca de un catorce por ciento desde la segunda guerra mundial.

Estos países siguen teniendo un coeficiente de natalidad muy alto, de casi un cuarenta por mil, y sus poblaciones, especialmente las de los países asiáticos, han crecido y continúan creciendo a un ritmo muy rápido.

En Pakistán, por ejemplo, con una población de más de setenta millones y medio de personas en 1975, el crecimiento demográfico era en esta misma fecha del tres por ciento al año.

La agricultura de los países subdesarrollados, gravada por el escaso desarrollo tecnológico, continúa empleando métodos tradicionales y poco productivos, mientras que la densidad de la población provoca no sólo graves problemas de alimentación sino también serios conflictos sociolaborales por la escasez de puestos de trabajo.

Estos problemas estaban en parte paliados por la colonización, pero han recobrado su virulencia con la progresiva independencia de los países.

La colonización extendió la educación y sentó las bases de la industria y de la agricultura modernas, y algunos de sus apologistas presagiaron una reducción de la natalidad paralela a la que se produjo en Europa en el siglo XIX, pero este hecho no se ha producido.

Los distintos pueblos del mundo no responden del mismo modo a los procesos de urbanización e industrialización.

Centrales electrica a carbon

En China el país mas poblado del mundo se abastece de energía mediante centrales eléctrica a carbón, ¿cuál será el impacto ambiental a corto plazo para ese país?

La explosión demográfica en el mundo

El índice de crecimiento demográfico está estrechamente relacionado con el sistema social y el grado de desarrollo económico.

La natalidad es muy baja entre los pueblos que se encuentran aún en la Edad de Piedra (pigmeos, esquimales e indios sudamericanos), pues su crecimiento depende de las reservas alimenticias disponibles y de las posibilidades de supervivencia.

Gran parte de los estados de Asia, África y América del Sur, donde habita el setenta por ciento de la población mundial, tienen unos índices alarmantes tanto de mortalidad como de natalidad.

Esto obedece a una multitud de factores interrelacionados.

La causa fundamental suele ser el sistema económico tradicional, agrario, que repercute en la estructura social y familiar.

En una economía artesana y agraria, como era la europea antes de la revolución industrial, y como es la de estos países, una familia numerosa proporciona mano de obra barata, lo que desde el punto de vista familiar puede ser beneficioso, si le permite autoabastecerse y asegurar la subsistencia de los miembros más ancianos.

En este contexto hay que tener en cuenta el grado de evolución de la familia, pues no podemos comparar la familia patriarcal de la India, por ejemplo, con la familia media europea.

En Europa las familias no eran tan numerosas como lo son ahora en muchos países de Asia, África y América del Sur ni siquiera antes de la revolución industrial.

En algunas zonas, por ejemplo Singapur y Hong Kong, la natalidad ha disminuido como consecuencia de las campañas gubernamentales a favor de los métodos anticonceptivos.

El mundo desarrollado comprende aquellos países que han completado su industrialización.

Al cubrirse fácilmente las necesidades de vestido, vivienda y alimentación, nace en Europa y Norteamérica la moderna sociedad de consumo con una organización más o menos notable de los servicios públicos: sanidad, seguros de desempleo y pensiones, transporte y educación.

El crecimiento demográfico es bajo y los coeficientes de natalidad y mortalidad discretos; la mayoría de las parejas no suelen tener más de dos hijos.

El crecimiento demográfico en el futuro

A partir de 1850, ochenta años fueron suficientes para que la población mundial se duplicara; en 1930 alcanzó la cifra de dos mil millones de personas, y el índice de crecimiento se aproximó al uno por ciento anual.

Desde 1930 ha vuelto a duplicarse, pero esta vez lo ha hecho en menos tiempo: en 1976 se estimó en unos cuatro mil millones de personas.

De seguir el actual ritmo de crecimiento demográfico, que es de 1,2% por ciento al año, es muy posible que dentro de treinta y cinco años  la población mundial en el 2050 llegue a  nueve mil millones de personas que habitarán el planeta Tierra.

De ellos, un noventa por ciento lo hará en los países subdesarrollados.

Esta explosión demográfica de los países en vías de desarrollo obedece a la estructura de la población, pues debido a su elevada natalidad existe un alto porcentaje de niños y jóvenes que garantizan a su vez un vasto número de nacimientos en el futuro.

Superpoblación y Pobreza:

Una de las opiniones más extendidas sobre los países del Tercer Mundo es que son pobres porque están superpoblados.

El crecimiento demográfico ha sido calificado como "una amenaza para el mundo más grave e insidiosa que la guerra termonuclear".

Aparte de los temores de que el creciente número de personas a quienes los gobiernos no pueden alimentar, albergar ni emplear sea causa de disturbios políticos y sociales, el alto índice de natalidad alienta la creencia de que gran parte de la ayuda para el desarrollo se malgasta, porque cualquier tipo de progreso queda inmediatamente anulado por el aumento de población.

Desarrollo, ¿el mejor anticonceptivo?

Muchas mujeres pobres no tienen siquiera acceso a la ayuda de los anticonceptivos.

Algunas deben hacer frente a la oposición, o por lo menos al desinterés, de los hombres, con respecto al número de hijos que han de tener.

Es posible que se necesiten unos servicios de planificación familiar más efectivos.

Sin embargo, mientras unos creen que no existen verdaderas posibilidades de mejorar el nivel de vida de los pobres hasta que el crecimiento de la población disminuya, otros argumentan que un mejor nivel de vida bastaría para provocar un descenso del índice de natalidad.

La gente pobre tiene familias numerosas no porque sea irresponsable —dicen—, sino porque vive en un país pobre con un estado benefactor rudimentario y por tanto ve en los hijos una seguridad contra una vejez desvalida.

Argumenta que las familias que arrancan de la tierra lo imprescindible para vivir necesitan todas las manos útiles que puedan conseguir y que, además, las parejas tienen muchos niños porque no todos sobreviven.

En algunos países pobres, uno de cada cuatro niños muere antes de su primer cumpleaños.

No obstante, son muchos los que afirman que la teoría de que los mayores ingresos y mejores niveles de salud y educación producen automáticamente descenso de la natalidad, es una peligrosa simplificación.

Creen que la relación entre pobreza y familias numerosas es más complicada.

En Kenia, señalan, se ha producido también un considerable desarrollo económico y, sin embargo, la población está creciendo más aprisa que antes.

Y esto ocurre pese al hecho de que la mayoría de la gente vive de la tierra y de que cada generación se encuentra con menos y menos tierra en la que cultivar los alimentos, ya que los padres dividen sus propiedades entre sus hijos.

Ignorar el papel crucial que representa el crecimiento de población no planificado es, afirman, irresponsable y simplista.

La superpoblación puede no ser la causa de la pobreza. No obstante, sería difícil negar la enorme carga que representa el hecho de que la población de un país pobre se haya doblado en sólo 30 años.

Si ya es problemático mantener el nivel de vida existente, ¿cómo mejorarlo?

Gráfica De La Explosión Demográfica Mundial

El divulgador científico, Al Gore, en su famoso libro "Una Verdad incómoda", nos informa al respecto de la explosión demográfica: "La relación fundamental entre nuestra civilización y el sistema ecológico de la Tierra se ha visto total y radicalmente transformada a causa de la poderosa convergencia de tres factores.

El primero es la explosión poblacional, que en muchos países se ha convertido en una historia de éxito: las tasas de mortalidad y de natalidad están descendiendo en todo el mundo y las familias, en promedio, se están haciendo más pequeñas.

Pero aun cuando estos avances tan deseados han ocurrido aun ritmo mayor del que nadie hubiera anticipado hace unas pocas décadas, la inercia de la población mundial se ha hecho tan poderosa que la «explosión» todavía continúa transformando nuestra relación con el planeta.

Si se observa el crecimiento poblacional en su contexto histórico, es obvio que los últimos doscientos años representan una ruptura con el patrón que ha prevalecido durante muchos de los miles de años que los humanos han habitado la superficie de la Tierra.

Desde el momento en que los científicos afirman que apareció nuestra especie, entre 160.000 y 190.000 años atrás, hasta los tiempos de Cristo y Julio César, la población humana había alcanzado los 250 millones de personas.

Hacia los tiempos del nacimiento de EE.UU., en 1776, esta población había llegado a 1.000 millones de personas.

Cuando nació la generación del boby boom, de la cual formo parte, a finales de la Segunda Guerra Mundial, la población mundial había superado los 2.000 millones.

En la época de mi adultez, he visto cómo los numere: llegaban a los 6.500 millones.

Mi generación verá la población del mundo alcanzar los 9.000 millones de personas.

Lo que quiero decir, tal como lo ilustra el gráfico inferior, es sencillo y poderoso: le llevó más de 10.000 generaciones a la población humana alcanzar los 2.000 millones de personas.

Luego, el crecimiento se disparó de 2.000 millones a 9.000 millones en el transcurso de sólo una vida: la nuestra. Tenemos la obligación moral de tener en cuenta este dramático cambio en la relación entre nuestra especie y el planeta."

ALGUNOS CONCEPTOS BÁSICOS

LA DEMOGRAFÍA:

La demografía es la ciencia que estudia los fenómenos que afectan a la población humana, tanto cuantitativa (número de habitantes del mundo, número de habitantes de cada país, etc.) como cualitativamente (nivel de alimentación y salud, grado de instrucción, agrupación en pueblos o ciudades, etc.).

Sus estudios se basan en la estadística moderna, que empezó a aplicarse en el siglo XIX y se generalizó en el siglo XX, aunque en algunos países en vías de desarrollo su uso es aún muy limitado.

Los conocimientos sobre la población mundial anteriores al empleo de la estadística moderna no resultan demasiado fiables y presentan muchas lagunas.

Las principales fuentes de información demográfica son los censos y los padrones.

El censo es el recuento de la población realizado en un momento concreto y con un alcance territorial determinado como, por ejemplo, el cómputo de la población argentina realizado en el año 2010 y que se realiza por ley cada 10 años. Para que un censo sea válido a efectos estadísticos debe reunir tres características:

Universalidad: debe comprender a todas las personas que residen en el territorio censado.

Individualidad: debe enumerar a esas personas una por una.

Simultaneidad: todos los datos recogidos debe: corresponder a un mismo período de tiempo.

En los países desarrollados el censo se realiza normalmente cada 5 o 10 años, con la ayuda de los agentes censales, personas que entregan a domicilio un cuestionario, para que lo rellene el cabeza de familia y lo recogen posteriormente.

La información solicitada en dicho cuestionario, que no siempre es la misma incluye nombre, edad y estado civil de los distintos miembros de la familia, así como el nivel de estudie : la situación profesional, los medios de transporte que se emplean habitualmente, etc.

El padrón es el recuento de las personas que viven en un municipio determinado.

A diferencia del censo que recoge información referente a un momento concreto, el padrón es un documento vivo, en el que se registran, a medida que se producen, los nacimientos las defunciones, los matrimonios, los cambios d¿ domicilio, etc.

Además, el censo es secreto y sus datos sólo se pueden divulgar numérica y globalmente  nunca de forma individual, mientras que el padrón es público.

Con este último se confeccionan, por ejemplo, las listas de las personas con derecho a voto en las elecciones.

LA POBLACIÓN MUNDIAL EN NUESTROS DÍAS

Las cifras globales sobre la población mundial no bastan para conocer la situación demográfica real de nuestro planeta. Para ello es necesario estudiar también la densidad de población.

Llamamos densidad de población a la relación existente entre el número de individuos y una unidad de superficie que normalmente es el kilómetro cuadrado.

Por ejemplo, si en España hay 77 hab./km2, significa que a cada kilómetro cuadrado del territorio español le corresponde una población de 77 personas.

La densidad de población es un dato muy importante, ya que pone de manifiesto que los habitantes de la Tierra se concentran en unas regiones, dejando otras casi vacías.

Así, mientras que existen inmensos territorios, como las regiones polares, los desiertos y las zonas cálidas y húmedas cercanas al ecuador, en los que apenas vive nadie, hay otras áreas, principalmente en Europa y en Asia, donde se superan los 800 habitantes por kilómetro cuadrado.

Algunas de las características más significativas sobre la distribución de la población mundial son las siguientes:
• El conjunto formado por Europa y Asia, que representa el 36% de la superficie de las tierras emergidas, alberga al 75 % de la población mundial.

• Más del 90 % de la humanidad vive en el hemisferio norte.

• La densidad de población es mucho mayor en las regiones costeras que en el interior de los continentes.

• La densidad de población disminuye con la altura y, en general, las altas montañas están casi despobladas.

• Las concentraciones de población más importantes del mundo se registran en Asia oriental y meridional, en Europa Occidental y en el sector nororiental de Estados Unidos.

• En conjunto, América del Sur, África y Australia son continentes escasamente poblados, aunque existen dentro de ellos grandes diferencias entre países y regiones.

• ►PARA SABER MAS...

El autor Christopher Lloyd del libro "Todo Sobre Nuestro Mundo" explica respecto a los problemas de la explosión demográfica:

"Si todos los habitantes del mundo mantuvieran el mismo estilo de vida que disfruta el ciudadano medio occidental, se necesitarían cinco planetas como la Tierra para obtener los recursos naturales suficientes en términos de energía, comida y agua.

Los efectos de la carrera industrializadora de los países pobres se ponen de manifiesto en China, que cuenta con la población rural más numerosa del mundo y la economía que crece a más velocidad. En 1978, sus gobernantes se subieron al tren capitalista, tal vez con la esperanza de que el aumente de la prosperidad evitara que la historia china de revueltas campesinas se repitiera.

Actualmente, en China el número de hogares está creciendo el doble de rápido que su poblador, debido a un creciente índice de divorcios y al hecho de que cada vez más familias se separan porque los jóvenes emigran a las ciudades para buscar trabaje.

Si todos los habitantes de China llevaran un estilo de vida similar al de los europeos y los estadounidenses, se precisarían casi el doble de materias primas que las que utiliza actualmente toda la población mundial.

Sólo para satisfacer la enorme demanda energética del país, actualmente el gobierno de China encarga la construcción de dos nuevas centrales eléctricas alimentadas con carbón a la semana.

La necesidad de recursos para alimentar el crecimiento económico impulsado por el sistema capitalista ha hecho que en 2005 la producción mundial. de petróleo alcanzase la cifra de casi 83 millones de barriles diarios.

Ahora se entienden en toda su magnitud las consecuencias de la quema de combustibles fósiles.

Los niveles atmosféricos de dióxido de carbono han aumentado espectacularmente desde principios del siglo XIX, cuando los yacimientos de combustibles fósiles empezaron a ser utilizados para activar la primera fuente de energía humana totalmente independiente, el vapor de alta presión.

Entre los años 1832 y 2007, los niveles han pasado de 284 a 383 partes por millón.

El dióxido de carbono, como el metano, es un gas que tiene un gran impacto en las temperaturas de la Tierra, ya que absorbe las radiaciones infrarrojas.

Se considera que sus niveles crecientes en la atmósfera terrestre son la causa más probable del reciente aumento de las temperaturas mundiales, que ya ha provocado la erosión de muchos de los principales glaciares del mundo, el derretimiento de los casquetes polares y cambios en el nivel del mar y los patrones de lluvias.

En el año 2007, el legendario Paso del Noroeste buscado por varias generaciones de exploradores se descongeló por primera vez en la historia, con lo cual ahora los barcos pueden navegar entre los océanos Atlántico y Pacífico a través de la ruta ártica.

Puesto que la absorción del dióxido de carbono que realizan los árboles es uno de los mecanismos principales que la Tierra utiliza para regular de forma natural sus niveles, es posible que la deforestación humana a gran escala haya destruido la capacidad del planeta de mantener las temperaturas mundiales a un nivel óptimo para la vida.

Empiezan a sentirse los efectos geopolíticos del calentamiento global.

En febrero de 2003, Darfur, una región al oeste de Sudán del tamaño de Francia, se convirtió en escenario de una nueva guerra.

Sus orígenes se encuentran en décadas de sequía y erosión del suelo causadas probablemente por el cambio en los patrones de las lluvias como resultado del calentamiento global.

En un intento desesperado por sobrevivir, las tribus árabes de los baggara dejaron sus tierras de pastoreo tradicionales y se trasladaron a las zonas agrícolas del sur en busca de pastos y agua.

Como resultado de sus ataques contra la población no árabe, se calcula que en octubre de 2006 ya había más de dos millones y medio de desplazados y unas cuatrocientas mil personas muertas a causa de las enfermedades, la malnutrición y el hambre.

Más al sur, el virus del VIH está matando a millones de personas que se han quedado sin sistema inmunológico para luchar contra las infecciones comunes.

Diagnosticado por primera vez en 1981, el virus consiguió saltar la barrera entre especies de los monos a los humanos.

Desde entonces ha matado a más de 25 millones de personas, en su mayor parte africanos, y ha infectado hasta a 46 millones más.

En la actualidad, hay más de un millón de huérfanos surafricanos, en su mayoría también infectados, ya que sus padres murieron por la enfermedad y el virus se contagia fácilmente a través de los fluidos corporales, como la leche materna.

¿Es todo ello lo que Malthus predijo al afirmar que un día la naturaleza se encargaría de controlar los niveles de la población humana mediante «las enfermedades, las epidemias» y el «gigante ineludible» del hambre?"

Fuente Consultada:
Revista Enciclopedia El Árbol de la Sabiduría N°55 Entrada: Planeta Tierra El Crecimiento de la Población
Mundo Rico y Mundo Pobre Olivia Bennett
Todo Sobre Nuestro Mundo Christopher Lloyd

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