Asesinato de Atahualpa, La Muerte del Emperador Inca
Asesinato de Atahualpa, La Muerte del Emperador Inca
ATAHUALPA fue el último rey descendiente del Sol, emperador de los incas en el Perú, hermano y rival de Huáscar, a quien hizo dar muerte para apoderarse del trono.
En 1532, Francisco Pizarro a la cabeza de un grupo de españoles, se encaminaba a la hermosa ciudad de Cajamarca para conferenciar con el gran cacique Atahualpa, quien se encontraba acampado con 30.000 hombres cerca de esa ciudad.
Hernando Pizarro, hermano del conquistador, y Hernán de Soto fueron enviados para ccncertai una entrevista entre ambos jefes.
El inca los recibió amablemente, los obsequió y accedió a conferenciar con el español al día siguiente.
Atahualpa, en su rico trono y rodeado de servidores, lució toda la magnificencia de su poderío y se dispuso a escuchar las palabras de Pizarro; pero fue el fraile Valverde el que se acercó y le entregó una Biblia, al mismo tiempo que le pedia aceptara como autoridad divina a Dios y como política al rey de España.
El soberano, después ie hojear el libro santo sin entender de que se trataba ni conocer la importancia religiosa que encerraba, lo arrojó al suelo, provocando con este acto la cólera y la oportunidad esperada por los españoles para proceder al ataque.
Se entabló entonces una cruenta lucha, en que los indios, sorprendidos y espantados ante el empuje de los caballos, se dieron a la fuga, mientras Atahualpa fue hecho prisionero y otros 2.000 quedaron tendidos en la plaza de Cajamarca.
Para conseguir su libertad, Atahualpa prometió llenar de oro la estancia en que se hallaba prisionero, hasta donde alcanzaba su brazo en alto y otra igual de plata; los españoles aceptaron el trato y se envió a buscar a Cuzco tal riqueza.
Pero una vez en poder del tesoro, los españoles argumentaron que el prisionero tramaba un levantamiento, y no sólo rehusaron darle libertad sino que en 1533 lo estrangularon en la plaza pública.
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• El Asesinato de Atahualpa
En la plaza de Cajamarca, en 1533, el pueblo llora la muerte del Inca.
El gobernante del Tahuantinsuyo, el imperio más extenso de la América precolombina, ha sido ajusticiado por orden de un tribunal de los conquistadores españoles.
El imperio de los incas se derrumba.
El último Inca del Tahuantinsuyo, el que gobernaba cuando el imperio cayó bajo la dominación española, fue Atahualpa.
Apresado por los españoles tras un audaz golpe dado en Cajamarca en 1532, fue ejecutado al año siguiente, a pesar de haber pagado una gran cantidad de oro como rescate.
Su muerte, si bien no acabó con la resistencia indígena, provocó el derrumbe definitivo del imperio incaico y facilitó la conquista de su territorio.
La guerra entre hermanos:
Bajo el gobierno de su padre, Huayna Cápac, el Tahuantinsuyo llegó a la máxima extensión: abarcaba desde el norte de los actuales Chile y Argentina hasta lo que hoy es el sur del Ecuador.
En especial, había logrado consolidar el dominio sobre la zona norte del territorio.
Existen distintas versiones sobre el nacimiento de Atahualpa, que al parecer ocurrió alrededor del año 1500, pero algunos sostienen que fue en Quito y otros que al sur del territorio.
Educado en el Cusco, participó con su padre en la campaña de pacificación del norte del imperio.
En 1525, durante dicha campaña, Huayna Cápac enfermó de viruela, enfermedad desconocida en América que llegó con los españoles, y murió a las pocas semanas.
Como solía ocurrir cada vez que moría un Inca, se desató una guerra fratricida entre Atahualpa y su medio hermano Huáscar.
Hacia 1530, cuando Atahualpa logró vencer a Huáscar después de una larga lucha, arribaron al imperio las primeras noticias sobre la llegada de los conquistadores españoles.
Asesinato de Atahualpa, el Emperador de los Inca Biografia
Historia del Asesinato de Atahualpa:
Antes de la llegada de los conquistadores españoles a Perú, así como a toda América central y del Sur, los incas constituían un potente imperio que puede colocarse entre los grandes edificadores de la historia universal.
En la época en que llegaron los conquistadores españoles, en la primera mitad del siglo XVI, los incas se encontraban divididos; el trono y el poder estaban siendo disputados por dos pretendientes: Huáscar y Atahualpa, que contaban con el apoyo de parte de la aristocracia.
Es en este momento cuando los españoles, conducidos por Francisco Pizarro, irrumpen en escena y comienzan sus campañas de conquistas en el año 1532.
Tal fue el imperio que los españoles descubrieron.
Ellos, los fieros individualistas, violentos y ambiciosos, se encontraron ante un pueblo pasivo y resignado.
No lo comprendieron ni podían comprenderlo.
Por eso la historia de la conquista abunda en hechos difíciles de explicar para nosotros que disfrutamos de la perspectiva del tiempo, pero que nos obstinamos en juzgar a los hombres de otras épocas con nuestras ideas de hoy.
Atahualpa
En principio se enfrentaron a las fuerzas de Atahualpa, mucho más numerosas que las españolas, pero muy impresionadas por el armamento y en especial por los caballos y trabucos de éstas.
Los españoles lograron ganar la confianza de Atahualpa y atraerle a su campamento de Cajamarca, donde mataron a sus acompañantes y le hicieron pasionero.
Exigieron al pueblo privado de su jefe, un fuerte rescate en plata y oro, y aunque este rescate se pagó, los españoles mataron a Atahualpa.
Ya que en el intervalo Huáscar había sido igualmente hecho prisionero y ejecutado con el asentimiento de su rival, los españoles tenían el campo libre.
Este acontecimiento histórico, el asesinato de Atahualpa, produjo la más viva indignación en Europa:
Tratemos de explicar la actitud de Francisco Pizarro, colocándonos en aquel medio, al día siguiente de realizarse, a traición, la prisión del Inca.
Los españoles de Cajamarca vivían en constante zozobra temían una insurrección general de los indios.
Tenían la prueba de que Atahualpa continuaba desde la prisión, dando órdenes en la provincia y, particularmente, que había hecho ahogar a su hermano y rival Huáscar, que ambicionaba probar ante los españoles sus derechos a la corona.
¿Qué hubiera podido hacer aquel puñado de europeos si el imperio proclamaba una especie de guerra santa contra ellos?
Por otra parte, los soldados de Almagro, llegados después de la captura del Inca, habían recibido apenas una porción mínima del rescate de dicho soberano y exigían la marcha sobre el Cuzco, cuyas riquezas se ponderaban.
Atahualpa resultaba molesto y sin tardanza había que deshacerse de él.
Por último, un indio de la costa, llamado Felipillo, parece haber desempeñado un gran papel en este drama.
Había tenido, en efecto, relaciones culpables con una mujer de Atahualpa, y temía ser castigado si éste recuperaba el poder, por lo cual esparcía rumores de rebelión de indios e incitaba a los soldados a pedir la cabeza del soberano.
Siguiendo con la historia, en 1533, Cuzco, la capital del imperio incaico, que contaba en esta época con unas doscientas mil almas, fue tomada, saqueada y devastada.
Dos años más tarde, Pizarro fundó Lima, la actual capital del país.
A pesar de que los indios se sublevaron en diversas ocasiones contra los conquistadores, los españoles no tardaron en consolidar su dominación.
Los papeles principales los desempeñaron Pizarro y Almagro, ambos ayudados por los miembros de su familia.
A causa de las discordias entre ambos, Almagro fue decapitado, pero poco después, Pizarro, que era gobernador de Lima, fue asesinado.
La conquista de Perú por los españoles entraña la ruina de la civilización de los incas.
Los españoles impusieron sus costumbres a los vencidos.
Su régimen tuvo algunas ventajas.
Desde el principio marcharon a Perú religiosos que se convirtieron en defensores de los indios; son numerosos los que desempeñaron de modo ejemplar esta noble tarea; contribuyeron eficazmente a la unión de dos civilizaciones: la india y la española.
Algunos años después de que Pizarro conquistara Perú, los españoles descubrieron importantes yacimientos de plata en Potosí; a pesar de que estaban situados a una altitud de 4.800 m, llegaron a ser uno de los principales yacimientos argentíferos del imperio incaico.
Los indios fueron a trabajar en estas minas.
La plata era enviada a Europa en lingotes; el reino incaico, en otro tiempo tan pujante, se iba empobreciendo progresivamente... y aqui mismo comienza la época dorada de España, que paradojicamente la llevaría en el siguiente siglo a la quiebra del estado.
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