Historia de la Actividad Económica del Hombre y Sus Realizaciones

Historia de la Actividad Económica del Hombre: Los Bienes , Producción y Materias Primas

NECESIDADES DEL HOMBRE:

El hombre para subsistir y realizarse necesita determinados bienes materiales.

La realidad nos muestra que estos bienes son limitados, mientras que las necesidades son ilimitadas.

De ahí surge la actividad económica, que procura y distribuye esos bienes materiales.

El hombre tiene además inclinaciones y aspiraciones trascendentes, como la religión, el arte, la ciencia y la cultura; toca también a la actividad económica atender a ellas y satisfacerlas en la medida que los bienes materiales ayuden a conquistar esos bienes espirituales.

La actividad económica no debe ser un fin en sí misma sino uno de los medios por los que el hombre logre realizarse en sus necesidades, en sus deberes y en sus aspiraciones.

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"La economía y la técnica son fuerzas útiles e incluso necesarias mientras permanezcan sometidas a la obediencia de las exigencias espirituales superiores; y resultan peligrosas y nocivas cuando se les concede un indebido predominio, y por decirlo así, la dignidad de fin en sí mismas." (Pío XII).

La necesidad es la carencia de un bien de la que el hombre es consciente.

Las necesidades humanas se clasifican en:

• Necesidades materiales, que pueden ser satisfechas con bienes materiales, como el alimento, la vivienda, el vestido, etc.

• Necesidades espirituales, como la necesidad de afecto, de comunicación con sus semejantes, de libertad, de comprensión, etc.

• ►BIENES ECONÓMICOS

Recibe el nombre de bien todo aquello que ayuda al hombre a lograr su plena realización personal o que sirve para satisfacer sus necesidades.

Lo mismo que ellas, los bienes pueden ser espirituales (como la fe en Dios, la voluntad, el entendimiento) y materiales. La religión, el arte y la ciencia son bienes destinados a satisfacer las necesidades espirituales.

Entre los bienes materiales existen:

• Los bienes materiales no económicos, que por su abundancia no dan lugar a la actividad económica, tal es el agua de los mares, el aire que respiramos, las arenas del desierto. Entre estos bienes pueden incluirse la salud y la resistencia física de cada persona.

• Los bienes materiales económicos, que son los que existen en cantidad inferior a la requerida por las necesidades, y por lo tanto dan lugar a las actividades económicas.

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Para el marxismo, la actividad humana del trabajo es un bien económico.

Esto es un error, puesto que el trabajo humano no es un bien económico porque no es un bien material aunque los resultados del trabajo del hombre puedan medirse en magnitudes materiales y su fruto pueda ser un bien material, porque su naturaleza íntima escapa a lo material.

El trabajo, aun el trabajo manual, siempre es fruto de una persona, y por eso mucho más que una mercadería que pueda ser comprada o vendida es la obra de un ser espiritual.

Clasificación de los bienes económicos

Los bienes económicos pueden clasificarse en:

Bienes de consumo o directos,

que son los destinados a satisfacer una necesidad inmediata, como los alimentos, los combustibles, el vestido.

Bienes instrumentales, de producción o indirectos.

Son los medios que se utilizan para producir otros bienes económicos, tales como las materias primas, las maquinarias agrícolas e industriales, también los combustibles y los medios de transporte.

Bienes durables,

que pueden usarse un tiempo más o menos largo sin destruirse, como los edificios, los muebles, los libros, las tierras cultivables; todos requieren, sin embargo, un mantenimiento adecuado.
Bienes no durables o fungibles, que se destruyen o consumen con el uso, como les alimentos, los combustibles, el papel, etc.

ALIMENTACIÓN

Aristóteles define la vida como un proceso de nutrición.

Efectivamente, todo ser viviente recibe en forma continua sustancias que se incorporan y se eliminan del organismo haciendo posible las transformaciones químicas y la producción de energía que caracterizan la vida.

El hombre, como todos los seres vivientes, toma de la naturaleza los elementos que necesita para ese proceso: aire, agua, sales y sustancias orgánicas, vegetales y animales, que integran su alimentación.

La alimentación debe ser:

suficiente en cantidad, de acuerdo con la edad, condiciones de trabajo, desarrollo físico;
completa, por la variedad de los productos que la componen (frutas, carne, verduras, leche);
equilibrada, por la proporción de los elementos que la componen (grasas, proteínas, hidratos de carbono, etcétera):
adecuada también al individuo (su talla, su peso, su edad, sus ocupaciones, el clima, etc.).

La alimentación y la salud: Hipócrates (s. V a. C), llamado "padre de la nedicina", dijo "que su alimento sea su medi-:amento".

Desde entonces y hasta ahora, grabas a los renovados esfuerzos de la ciencia, se lan descubierto hechos que demuestran que se puede conservar y recuperar la salud por nedio de una conveniente alimentación. çLos conocimientos adquiridos y aplicados constituyen la dietoterapia.

Numerosos hechos animaron la investigación; entre ellos hay que recordar el trágico destino de las expediciones de navegantes que veían asoladas sus tripulaciones por el escorbuto.

Esta enfermedad, debida a la carencia de ácido ascórbico o vitamina C, que faltaba en la dieta de a bordo, fue superada con la incorporación de alimentos frescos (frutas y verduras especialmente).

El raquitismo causa estragos en poblaciones cuya alimentación es pobre en vitaminas A y D, contenidas especialmente en ciertas grasas de pescado: la carencia de proteínas aflige a las poblaciones que no disponen de una adecuada dieta de carne o de ciertos vegetales que las contienen.

El problema del hambre:

El problema del hambre es un azote que aflige a la humanidad, y que pese a los esfuerzos realizados no ha sido posible eliminar completamente.

Las últimas estadísticas indican que un 60% de la población mundial está mal alimentada.

En nuestros tiempos el hambre tiene una estrecha relación con problemas de adelanto y cultura de los pueblos.

La situación es considerada por diversos organismos internacionales:

• La FAO (Organización para la Alimentación y la Agricultura, dependiente de las Naciones Unidas), encargada de proporcionar la asistencia técnica necesaria destinada a aumentar la productividad del suelo y la producción de alimentos para atender a las necesidades de la población mundial.

• La OMS (Organización Mundial de la Salud), dedicada a estudiar y remediar los problemas de la salud difundiendo una adecuada educación sanitaria, que lleve al mejor aprovechamiento de los recursos disponibles para conservarla (entre ellos, el alimento).

• La Comisión Seleccionada para el Desarrollo de Ultramar, que funciona en Londres. En su último informe (1976) dice que el hambre en el mundo es un problema de distribución.

En dicho informe de hace varios años ya se expresaba:

"Aproximadamente hay 430 millones de personas en el mundo que sufren seria desnutrición; pero sólo se requerirá de un 2% en la producción anual de cereales (25 millones de toneladas) para ayudarlos eficazmente. Lo decisivo es que ese incremento se dirija realmente hacia las personas que lo necesiten.

Entre las directivas del Concilio Vaticano II se destaca el llamado a los gobiernos y a los particulares en el sentido de que según sus propias posibilidades presten su ayuda tanto a los individuos como a los pueblos que padecen hambre para palear ese flagelo y para que ellos mismos puedan producir lo que necesitan para alimentarse.

La vivienda, desde los más remotos tiempos, fue el lugar en el que el hombre buscó refugio en procura de descanso y de protección contra la intemperie.

Fue siempre el lugar del encuentro familiar, la sede de su hogar; allí encuentra reposo para su fatiga, consuelo para sus penas, la alegría que le proporcionan las cosas más queridas.

A través de la historia y de las costumbres y necesidades de los pueblos ha adquirido diversas formas, desde los refugios naturales en las rocas (cuevas), las viviendas lacustres del neolítico, los sampanes chinos, los toldos de los Indios americanos, los iglús de los esquimales hasta las modernas construcciones, verdaderos monumentos de cemento, de las ciudades populosas de nuestra época.

En todos los tiempos y lugares la vivienda cumpie una función social y, especialmente en nuestros días, debe ser considerada para el hombre como un derecho.

Toda vivienda debe ser:

Adecuada a la cantidad y condición de quienes han de habitarla. Se evitará así la promiscuidad y el hacinamiento y la vida de familia podrá desarrollarse dentro de las normas de la moralidad y el orden.

Higiénica, limpia y aireada.

Confortable, para que la vida en ella sea grata.

Económica, es decir, estar al alcance de la capacidad de quienes han de adquirirla y conservarla.

El PROBLEMA DE LA VIVIENDA

El problema de la vivienda se ve agravado en nuestros días por el desequilibrio que producen las grandes industrias y el comercio al atraer hacia los centros urbanos a la mayor parte de la población.

Ese fenómeno ha provocado el desarrollo de monstruosos centros poblados, en los que los habitantes se "refugian" en edificios de muchos pisos, donde se pierde la noción de la existencia del cielo, del sol y del verdor de las plantas.

La familia es donde nace y se desarrolla una nueva vida, la cual para no perecer necesita cuidado y educación. La familia es, pues, la dispensadora universal de la vida; la que entrega ciudadanos a las naciones.

Estos ciudadanos desarrollan sus actividades en esas mismas naciones para engrandecerlas, integrando las instituciones sociales y propendiendo con su trabajo al ennoblecimiento de éstas.

SOLUCIONES PARA EL PROBLEMA DE LA VIVIENDA

Las soluciones que actualmente se buscan para el problema de la vivienda se orientan hacia la necesidad de:

• Descongestionar las zonas administrativas y comerciales, llevando las correspondientes oficinas a barrios situados en la periferia de las ciudades.

• Erradicar las industrias de los centros urbanos, estableciendo normas acerca de a qué distancia mínima de ellos pueden instalarse.

• Fomentar el establecimiento de familias e individuos en las zonas rurales, creando para ello condiciones adecuadas de confort.

• Desarrollar una política crediticia accesible, que haga posible la adquisición de la vivienda propia.

• Alentar la inversión de capitales para la construcción de viviendas para alquilar.

La vivienda contribuye a la dignificación del hombre y al mantenimiento de la salud física y moral de la población.

Por lo tanto la primera acción del estado es la de auspiciar, estimular y proteger la construcción de viviendas dignas para toda la población del país.

EL VESTIDO

El vestido cumple en el hombre una doble función de protección y de adorno. En algunos casos representa los atributos de un cargo o una jerarquía.

El vestido en la realidad actual: El uso de una vestimenta adecuada y suficiente debe ser contemplado desde el punto de vista de las necesidades reales del ser humano.

La simplificación de las costumbres y la incorporación de nuevos materiales (fibras sintéticas) ha ampliado el campo de posibilidades a fin de abaratar y hacer accesible los elementos del vestido a la mayor parte de las personas.

PROGRESOS, A TRAVÉS DE LA HISTORIA, EN LA OBTENCIÓN DE BIENES MATERIALES

En todos los tiempos a través de la historia, el hombre ha procurado la obtención de bienes materiales destinados a satisfacer sus necesidades inmediatas.

Se ha valido para ello de sus dones (voluntad, entendimiento) y consciente o inconscientemente lo ha hecho para lograr el perfeccionamiento que lo coloca por sobre todos los demás seres creados.

Las primeras actividades económicas del hombre fueron:

• La recolección de frutos tal cual los ofrece la naturaleza.

• La caza, actividad casi exclusivamente reservada al varón; fomentaba el valor y daba prestigio. Estuvo muchas veces ligada a la magia y a prácticas religiosas.

• La pesca, a la que se unía el ingenio para dominar otro elemento: el agua.

• El apacentamiento de rebaños, a los que el hombre consiguió domesticar.

• La práctica primitiva de la agricultura, que arraigó al hombre a la tierra.

El cultivo de la tierra

El cultivo de la tierra arraigó al hombre a un territorio y trajo consecuencias trascendentales:

• Lo convirtió de depredador en productor.

• Pudo alimentar a los animales domesticados.

• Se consolidó la idea de comunidad, de familia, de autoridad.

Importancia y aprovechamiento del agua:

Un tema de tanta actualidad como el aprovechamiento del agua como técnica para asegurar la posibilidad de las siembras, el éxito de las cosechas y la supervivencia de los animales, fue preocupación constante del hombre desde los albores de la civilización.

Las llamadas civilizaciones agrícolas, asentadas junto a los grandes ríos (asirios y caldeos en la Mesopotamia, egipcios junto al Nilo, chinos entre los ríos Amarillo y Azul, hindúes junto al Ganges), aguzaron su ingenio para disponer del agua de acuerdo con sus necesidades.

Fueron notables las obras de ingeniería que realizaron para su mejor aprovechamiento:

• Los asirios y los caldeos construyeron canales y cañerías subterráneos que conducían el agua hacia todas las direcciones.

Se conservan todavía hoy macizos diques de piedra que retenían el agua para llevarla a los canales; se conocía además el uso de bombas con las que el agua llegaba hasta lo alto de las colinas.

El historiador Herodoto dice que en los terrenos inundables de Babilonia las cosechas eran extraordinarias y que bosques de palmeras fructíferas se extendían por todo el país.

• Entre los egipcios la agricultura dependía de las crecientes del Nilo; al retirarse las aguas en otoño dejaban el suelo cubierto de un limo fértil que inmediatamente era aprovechado para las siembras.

Realizaron obras de canalización, trabajos de limitación de los terrenos inundables, construyeron diques y terraplenes, supieron depurar las aguas.

Otras técnicas utilizadas por mestos pueblos supieron de:

• Selección de semillas.

• Incorporación progresiva de nuevas especies comestibles.

• Utilización del arado.

• Adaptación de animales, especialmente vacunos, a las tareas agrícolas.

• Oportuno descanso de las tierras "fatigadas", a las que se volvía a cultivar sólo después de varios años.

• Almacenamiento de cosechas, especialmente en grandes recipientes de cerámica.

• Obtención de alimentos derivados de los frutos cosechados (harinas, aceites, etc.).

El uso de los metales.
La metalurgía

Recibe el nombre de metalurgía el conjunto de procedimientos que se siguen para extraer los metales de los minerales que los contienen y ponerlos en condiciones de ser utilizados.

Sólo a fines del neolítico se descubrieron las primeras técnicas; lo más probable es que dicho hallazgo haya sido casual.

Pero desde que el hombre comprobó su utilidad inventó métodos de búsqueda de minerales y procedimientos para extraer los metales.

Valiosos auxiliares fueron otros descubrimientos, como:

• El carbón de leña, obtenido de troncos encendidos y apagados antes de su completa combustión.

• Hornos de fundición con adecuada disposición para concentrar el calor y permitir la ventilación constante y forzada del fuego.

• Recipientes apropiados (crisoles) para recibir al metal fundido.

• Las aleaciones destinadas a mejorar las condiciones de dureza y resistencia de ciertos metales. Tal es el caso del bronce (2900 a. C), aleación de cobre y estaño.

El uso de los metales, hacia 400 a. C, cambió la vida del hombre. Primeramente de cobre, luego de bronce, oro y plata se fabricaron adornos, armas y diversas herramientas; más tarde (1200 a. C.) el hierro sustituyó al bronce, especialmente en las armas e instrumentos.

Pronto el uso de este metal se difundió por todo el mundo conocido desde India y China en Oriente hasta España en Occidente.

Se puede afirmar que la utilización del hierro marcó el paso de la prehistoria a la historia. Se produjeron adelantos como nunca se habían visto; el hombre logró:

• mejorar sus herramientas de trabajo;

• talar los árboles;

• perfeccionar sus armas, no sólo para la lucha, sino también para aumentar sus medios de subsistencia.

Las formas primitivas del comercio:

El trueque es la forma más primitiva del comercio; consiste en el intercambio de productos sin intervención de la moneda.

El comercio por trueque presenta serias dificultades, ya que generalmente sucede que los objetos que una persona o comunidad posee en abundancia como para negociar el sobrante, no interesa a su probable comprador, ya que éste tiene lo mismo.

Es el caso de los pueblos vecinos que cultivan o elaboran los mismos productos. Esa es la razón de los largos viajes de los comerciantes primitivos, generalmente de climas diversos y diferentes condiciones de suelo y relieve, llevando de un lugar a otro sus mercancías.

El uso de la moneda:

La moneda se define como una pieza de metal o papel que representa el precio de las cosas y facilita su intercambio.

Mucho antes de la aparición de las primeras monedas (siglo VII a. C. ?) se utilizaron diversos medios que facilitaban el comercio; esas costumbres perduraron a pesar del uso de la moneda propiamente dicha.

Así es que se fijaba el precio de las cosas relacionándolas con otras ("un buey igual a 10 ovejas") o bien utilizando ciertos productos a modo de moneda, como el té en el Tibet, la sal en los pueblos mediterráneos, el cacao en América, las pieles en los pueblos cazadores.

La idea de utilizar piezas de metal como símbolo del precio de las cosas surgió de la comodidad que significaba por su duración, su fácil transporte y la posibilidad de fraccionar los valores.

De los metales se utilizaron sobre todo el bronce, el oro y la plata; para los valores menores, el cobre y el estaño.

En un comienzo la moneda fue el metal en lingotes, que en cada ocasión debían pesarse; más tarde comenzó la acuñación de los valores en discos de diverso tamaño y espesor que llevaron impresa la efigie del gobernante y símbolos alegóricos.

La moneda desempeña el papel del intermediario en el comercio.

Con ella el trueque de productos o de objetos se desdobla en dos operaciones:

• Se cambia un bien por moneda.

• Con esa moneda se adquiere otro bien.

El uso de la moneda significa:

• Un valor uniforme para las mismas cosas y en un mismo momento.
• Posibilidad de ahorro, ya que no siempre es necesario adquirir cosas con el dinero obtenido de la venta de bienes o en el trabajo.

La organización económica de la ciudad medieval

En la Edad Media se produjo en Europa la expansión del cristianismo, que trajo como consecuencias:

• El afianzamiento de la idea de que el hombre es un ser digno y trascendente.

• El ennoblecimiento del trabajo.

En la ciudad medieval es donde por primera vez se da la división del trabajo en tal forma que permite el desarrollo y el perfeccionamiento del trabajo artesanal; muchas de las artesanías de la Edad Media han perdurado a través de los tiempos, y las ciudades y pueblos en los que se practicaban han pasado a ser la cuna universal de esos oficios.

Pueden ser ejemplos la labor de las tejedoras de puntillas de Bruselas (Bélgica), los artesanos del vidrio de Murano (Italia), los relojeros de la Selva Negra (Alemania), los forjadores de Toledo (España), etc..

Los artesanos se agrupaban en talleres y éstos en corporaciones. El taller estaba a cargo de un maestro, que tenía bajo su dirección varios oficiales y aprendices.

Las corporaciones se distinguían:

• Por su carácter monopólico, que impedía ejercer el oficio a quien no perteneciera a ellas.

• Por su autonomía, continuamente reclamada y sus pretensiones de participar en el gobierno público.

• Por sus reglamentos proteccionistas, que beneficiaban a sus componentes; el severo control que ejercían sobre los productos elaborados, así como la fijación y defensa de precios justos, favorecía por igual a los artesanos y al público consumidor, a la vez que evitó el enriquecimiento ilícito de unos a costa del trabajo de otros.

• Por su organización jerárquica.

En los talleres el maestro gozaba de merecido respeto; había adquirido su título con la elaboración de una obra maestra dentro de su especialidad: así había sido considerada por reunir las severas condiciones exigidas por la corporación.

Los oficiales eran conocedores del oficio y se preparaban para ser maestros.

Los aprendices no recibían paga pero eran mantenidos por el maestro, quien además se ocupaba de formar su carácter.

• Por el control de la producción que ejercían:

— Tenían un criterio formado acerca de la función social del capital.

— Impedían la competencia desleal; sólo se abrían nuevos talleres si la demanda del producto así lo exigía.

— Cada maestro no podía tener a su cargo más que un número determinado de oficiales y aprendices: aquellos a los que alcanzaba a dirigir y entrenar debidamente en el oficio.

— Siguiendo la concepción cristiana de la economía determinaban cuándo la ganancia era legítima y cuándo era abusiva.

Esta severa organización del trabajo hizo que hacia el siglo XIII las ciudades medievales gozaran de una próspera economía, basada en la alta calidad de sus productos y un comercio floreciente.

Surgió así una nueva clase social, la burguesía (de burgo = ciudad; burgués = habitante de la ciudad), integrada principalmente por comerciantes y banqueros, cuya influencia fue creciendo transformándose en un poderoso factor de poder.

Principios de la economía en la Edad Media

En la Edad Media quedaron afirmados determinados principios que fueron los que gobernaron su economía.

• Los bienes económicos sirven para que el hombre se perfeccione y logre sus fines espirituales.

• La sociedad civil y el estado deben intervenir para que eso se cumpla.

• La familia, la sociedad civil y la Iglesia deben cooperar en la obtención del bien común.

• El talento y las cualidades personales deben ser ejercidos totalmente y aplicados al trabajo u oficio que se desempeñe.

• La actividad económica debe responder a los designios que tiene Dios al otorgar la posesión de bienes materiales.

LOS ELEMENTOS DE LA PRODUCCIÓN

Factores de la producción

Llamamos producción al hecho de extraer y, según convenga, transformar los elementos naturales con fines útiles (alimentación, vestido, maquinarias, etcétera).

La producción se ha ido desarrollando y organizando en el transcurso de los siglos, con la mayor o menor influencia de tres factores fundamentales:

• La naturaleza.
• El trabajo.
• El capital.

La naturaleza

El hombre no crea; la naturaleza, por obra de Dios, le proporciona los elementos (frutos, sustancias minerales, etc.).La naturaleza es la que determina la tendencia económica de cada región.

Por ejemplo: el Reino Unido es una nación manufacturera, porque su riqueza de minas de hierro y carbón le ha permitido fabricar máquinas y hacerlas funcionar.

La República Argentina es un país principalmente agrícola-ganadero porque así lo determinan la extensión de sus llanuras, las características de sus suelos, el tipo de clima, etc..

El trabajo:

El trabajo es el esfuerzo humano voluntario y consciente aplicado a fines útiles.

En todo trabajo el hombre utiliza al mismo tiempo su fuerza física y su capacidad intelectual.

Aun en aquellos trabajos que en apariencia son sólo físicos se utiliza la inteligencia.

El profesor que escribe en el pizarrón está realizando una tarea eminentemente intelectual, pero también está haciendo un esfuerzo físico; por su parte, el labrador, el carpintero albañil aplican su inteligencia en la ejecución de su labor.

Sabemos que, si bien los animales "trabajan" cuando cavan sus cuevas, construyen sus nidos, tejen sus "telas", etc., jamás progresan en su rutina y cada especie hace siempre lo mismo.

En el trabajo del hombre, por el contrario, entran, además de la fuerza, el esfuerzo, la voluntad, la imaginación, etcétera, cualidades todas de su condición de ser espiritual.

El capital:

El capital es el conjunto de bienes aplicados a la producción.

Es factor instrumental porque ayuda al hombre a realizar su trabajo y a multiplicar su esfuerzo.

Tal es el caso de una moderna cosechadora que permite a un solo hombre realizar el trabajo de muchos; para adquirirla se necesita invertir un capital que, a la vez, es fruto del trabajo.

Forman parte del capital aplicado al trabajo, tanto el dinero como las máquinas, herramientas, locales, etcétera, que lo hacen posible.

MATERIAS PRIMAS

Los recursos naturales son considerados materia prima porque es a partir de ellos que se elaboran otros productos.

Según la economía moderna, son materia prima no sólo los productos naturales sino también aquellos que son fruto de alguna elaboración; un ejemplo es el acero, materia prima indispensable para la fabricación de maquinarias, pero que, a su vez, ha sido elaborado partiendo de otros productos naturales (hierro, carbón, etc.).

Producción de Materia Primas en Argentina: 

Los cultivos:

Las cifras estadísticas indican que en nuestro país se están produciendo cambios en la orientación seguida en el cultivo de la tierra; así es que en los últimos tiempos:

• Ha disminuido la cantidad de hectáreas sembradas con cereales (soja, trigo, maíz, etc.) y lino.

• Ha aumentado el rendimiento por hectárea gracias a la cuidadosa selección de semillas.

• Ha aumentado la superficie sembrada con frutas y hortalizas. Esto es muy importante porque estos productos están destinados, más que ninguno de los otros, al consumo directo de la población; esto contribuye a diversificar su dieta con productos de efectivo poder alimenticio, vitamínico, etcétera.

• Se nota una evolución favorable en los cultivos industriales.

• Existen notables mejoras, sobre todo en calidad, en la producción de pastos y plantas forrajeras (alfalfa, sorgo, etcétera), destinados a la alimentación del ganado.

La producción forestal:

La República Argentina cuenta con importantes áreas de bosques cuyo perfecto aprovechamiento constituye una de las principales metas a alcanzar. Entre ellas se destaca:

• El Chaco oriental, con extensiones pobladas de quebrachos, algarrobos, urundayes.

• La selva subtropical de Misiones, con pinos (especialmente útiles en la fabricación de papel), y maderas de calidad, como el cedro.

• La selva serrana del noroeste con cedros, quebrachos, eucaliptos (que se usa para alimentar los altos hornos siderúrgicos de Zapla).

• El parque de la Mesopotamia, con pinos y álamos.

• Los bosques al pie de los Andes patagónicos, especialmente de araucarias, cipreses, lengas y ñires.

La producción forestal es no sólo fuente de materia prima útilísima, sino de trabajo (aserraderos, fábricas de envases, de muebles, de papel, etc.).

La ganadería:

La ganadería en la República Argentina representa, junto con la agricultura, casi el 70 % del total de las exportaciones del país, y ello se debe:

• A las excelentes condiciones físicas (suelo, clima, pastos, etcétera) que casi todo el país presenta para la cría de ganado.

• A la cuidadosa labor de selección y mejoramiento de razas llevada a cabo por el hombre de campo.

• Al mejoramiento de las pasturas destinadas a la alimentación de los animales.

• A los adelantos técnicos y científicos aplicados a la ganadería (vacunas, asistencia médico-veterinaria).

La pesca:

El extenso litoral marítimo, así como los ríos del país contienen una valiosa riqueza en peces, cuya explotación no ha llegado, sin embargo, a su mayor perfeccionamiento y adecuado rendimiento.

Tanto la pesca de cabotaje (sin alejarse de las costas) como la pesca de altura (lejos de las costas), ofrecen la más diversa variedad de especies marinas, ya sean peces (caballas, pejerreyes de mar, merluzas, atunes, anchoas) o mariscos (crustáceos, pulpos, calamares).

La pesca de agua dulce en los ríos de llanura (dorados, pejerreyes, etc.), en los torrentes de la montaña (truchas y salmones principalmente) o en las lagunas interiores tiene, principalmente, interés deportivo.

La minería:

La minería participa nada más que en una mínima parte en la producción total del país (menos del 4 %).

El petróleo constituye la explotación mineral más importante, con miras a lograr en no mucho tiempo el autoabastecimiento del país en cuanto a este valioso combustible. Las principales áreas de explotación son:

• La cuenca del golfo de San Jorge (Chubut y Santa Cruz).

• La cuenca de Neuquén (Mendoza, Neuquén, La Pampa y Río Negro).

• La cuenca del noroeste (Salta y Jujuy).

• La cuenca de Cuyo (Mendoza y San Juan).

• La cuenca de Magallanes. Derivada de la explotación petrolera es importantísima la producción de gas natural, con la que se procura abastecer a la mayor parte de la población, especialmente por medio de gasoductos.

En cuanto a los demás productos minerales, las explotaciones son de menor importancia y no satisfacen las necesidades del país, aunque en algunos casos las posibilidades futuras son muy prometedoras, como las de los yacimientos de hierro en el noroeste y los de Sierra Grande, próximos al golfo de San Matías.

Las materias primas son:

• de origen vegetal, como los cereales, las frutas y hortalizas, plantas industriales (algodón, lino, girasol, caña de azúcar, té, yerba mate, tabaco, etc.), productos forestales (madera, celulosa), ciertas algas, etc..

• de origen animal, como los ganados (vacuno, ovino, porcino, etc.), las aves, los peces y mariscos, animales de pieles finas, etc.

• de origen mineral, como los combustibles (carbón, petróleo) y otras fuentes de energía (minerales radiactivos), metales (hierro, plomo, plata, níquel, etc.), piedras (mármoles, piedra pómez, etc.).

Para hacer posible el máximo aprovechamiento del trabajo del hombre, éste debe contar con obras de infraestructura realizadas por el estado o empresas particulares; tales obras son, por ejemplo:

• ferrocarriles,
• caminos,
• puentes,
• túneles,
• comunicaciones (teléfono, radio, satélites),
• puertos y aeropuertos,
• silos y elevadores de granos, etc.

Las industrias en la República Argentina

Por el grado de su importancia como país industrial, la República Argentina figura en el mundo moderno como un país en desarrolló.

En la actualidad ha alcanzado la etapa de una economía mixta, es decir, ya no es exclusivamente un país agrícola-ganadero; la industria abarca alrededor del 35 % de la producción total.

Entre las industrias más importantes se destacan:

• La siderurgia (elaboración de aceros), cuyo centro principal está en San Nicolás (provincia de Buenos Aires).

• La petroquímica (elaboración de productos derivados del petróleo y del carbón, como los plásticos).

• La fabricación de automotores.

• La industria textil.

• La elaboración de productos derivados de la agricultura y de la ganadería (alimentos, artículos de cuero, de lana y de algodón).
• Industrias químicas y farmacéuticas.

Las fuentes de energía

En los tiempos actuales el consumo de energía (electricidad, gas, petróleo, energía hidroeléctrica) es tan importante que sirve para medir la situación económica de los países más desarrollados con los que consumen mayor cantidad de energía por habitante:

• para el transporte,
• para la industria,
• para uso doméstico, etc.

En la República Argentina las principales fuentes de energía son las producidas:

• por la combustión del petróleo y del carbón,
• por las caídas de agua (diques y represas),
• por las plantas nucleares, como la de Atucha I y II (provincia de Buenos Aires) y la de Río Tercero (provincia de Córdoba).

El conjunto que forman la ciudad de Buenos Aires y los 19 partidos que la rodean consume más de la mitad de toda la energía que se produce.

Uno de los problemas que más preocupa al estado y a los particulares es la provisión de energía eléctrica a todos los puntos del país, especialmente a los ambientes rurales.

Muchas veces el hombre los abandona y se instala en la ciudad, sufriendo otras incomodidades con tal de disponer de adelantos técnicos cuyo uso es posible solamente por medio de la electricidad (iluminación, radio, cine, televisión, calefacción, refrigeración, etc.).

• El transporte y comunicaciones

Los primeros medios de transporte terrestre fueron los animales, especialmente equinos (caballos, asnos, muías), camélidos (camellos, dromedarios), proboscídeos (elefantes).

Más tarde, con la invención de la rueda (entre 4000 y 3000 a. C.) el hombre construyó vehículos en lenta evolución hasta la invención, a fines del siglo XVIII, de la máquina a vapor y, consecuentemente, del ferrocarril; de allí en adelante el hombre progresó en los dos últimos siglos más de lo que lo había hecho en el curso de más de 50.000 años.

Al ferrocarril le siguió el automóvil.

El transporte aéreo con el avión y, en nuestros días, con las naves interespaciales, ha hecho ciertos los más atrevidos sueños descriptos en los libros de ciencia-ficción.

En cuanto al transporte por agua, en un principio fue el preferido por el hombre, ya que por mar y sin alejarse de las costas estableció puertos y factorías que con el tiempo serían las grandes ciudades de hoy; el curso de los ríos le señaló caminos y lugares propicios para su instalación.

Muchas de las actuales capitales del mundo son antiquísimos asentamientos del hombre; el río les proporcionó fáciles comunicaciones y transporte y, además, agua para beber y fertilizar sus cultivos.

Entre las obras llamadas de infraestructura, aquellas destinadas al transporte y a las comunicaciones superan las conveniencias puramente económicas para ser vías por las que avanza el progreso social y cultural de los pueblos.

En la República Argentina el transporte y las comunicaciones reciben especial atención.

Ferrocarriles argentinos

El país poseía la más extensa red ferroviaria de América del Sur (más de 41.000 km de vías férreas).

Sin embargo su distribución no atiende a las necesidades generales de todo el territorio, ya que la mayor concentración de vías se produce en la región de la Pampa y la Mesopotamia (más del 50 % del total).

Lamentablemente durante el gobierno de Menem muchas líneas fueron levantadas o abandonadas, auqnue hoy hay un proyecto nacional de volver a integrar las economías regionales mediante el reacondicionamiento de esos mismos ramales abandonados en la década neoliberal de los 90.

Los caminos

En la República Argentina el desarrollo organizado de la red caminera comenzó en el año 1932, cuando por la Ley Nacional de Vialidad se creó la Dirección Nacional de Vialidad.

Actualmente el país cuenta con rutas nacionales y provinciales y caminos vecinales pavimentados; existen también caminos "mejorados" y rutas de tierra.

El total de los caminos completa una extensión de aproximadamente 360.000 km.

Los caminos, recorridos por toda clase de automotores, enlazan las más distantes localidades, llevando pasajeros y productos y diseminando por todo el país los elementos necesarios para un desarrollo armónico de la técnica (maquinarias, herramientas, aparatos, etc.), del progreso agrícola-ganadero (semillas seleccionadas, animales finos, etcétera) y de la cultura y educación (transporte de escolares, profesores y maestros, elementos de difusión cultural).

Lo mismo podemos decir de la navegación marítima y costera (de cabotaje), de la fluvial en los ríos mesopotámicos y de la red aérea, que pone en rápida comunicación los más distantes puntos de este extenso país.

Las comunicaciones

A las comunicaciones telefónicas, telegráficas y radiofónicas, por las que la Argentina ocupa un lugar destacado en América del Sur (el primero en comunicaciones telefónicas), se han agregado las comunicaciones por vía satélite, con una estación terrena en Balcarce (provincia de Buenos Aires), que desde 1969 posibilita la inmediata comunicación telefónica y televisiva con la mayor parte de los países de Europa y América.

EL TRABAJO EN RELACIÓN CON LA PLENA REALIZACIÓN DEL HOMBRE Y SU DIGNIDAD

El trabajo

Desde el punto de vista económico, el trabajo es el ejercicio de la actividad humana aplicado a la producción de un bien destinado a satisfacer alguna de nuestras necesidades materiales.

El trabajo es querido por Dios y forma parte de los planes que forjó para que el hombre logre su propia perfección.

Leemos en el libro del Génesis en la Biblia que el hombre fue creado "ut operaretur" (para trabajar).

La rebeldía del hombre con el pecado original no alteró el plan divino ni el sentido del trabajo; pero el desorden que el pecado introdujo hizo del trabajo un sinónimo de esfuerzo y fatiga.

El trabajo forma parte del cumplimiento de la voluntad de Dios, sobre todo si lo hacemos por un motivo sobrenatural y no sólo por conveniencias materiales (afán de lucro, poder, etc.).

De esta manera habremos santificado el trabajo.

"El trabajo es testimonio de la dignidad del hombre, de su dominio sobre la Creación. Es ocasión de desarrollo de la propia personalidad.

Es vínculo de unión con los demás seres, fuente de recursos para sostener a la propia familia; medio de contribuir a la mejora de la sociedad en la que se vive y al progreso de toda la humanidad." José M. Escrivá de Balaguer: "El taller de José".

La división del trabajo

Ningún hombre es capaz de producir, por sí solo, todo cuanto necesita para cubrir convenientemente las necesidades de su vida material.

Esta limitación e insuficiencia de la productividad individual ha dado lugar en las sociedades primitivas a una primera forma de división del trabajo según el  sexo. Por ejemplo, en las tribus antiguas los hombres cazaban y pescaban y las mujeres recogían frutos y raíces.

El progreso de la producción económica en el transcurso del tiempo, mediante el establecimiento de la gran industria y la implantación de la producción intensiva y del trabajo colectivo, ha desarrollado otra forma posterior, que consiste en la repartición entre muchos operarios de las diversas etapas que se necesitan cumplir para la obtención de un producto. Esto es lo que se llama especialización de tareas.

Ventajas de la división del trabajo o especialización de tareas

La división del trabajo para la producción ofrece las siguientes ventajas:

• Economía de tiempo.

• Aumento de la habilidad de los trabajadores en determinada tarea, que permite un considerable crecimiento de la producción.

• Oportunidad de dar empleo a personas que de otra forma no trabajarían, especialmente mujeres, personas de edad, adolescentes, etc.

• Simplificación de las operaciones y disminución del tiempo de aprendizaje.

Desventajas de la división del trabajo:

La división del trabajo presenta los siguientes inconvenientes:

• Disminución del nivel intelectual de los trabajadores, al reducir sus tareas a operaciones muy simples, maquinales y monótonas.

• Aumento de accidentes por el descuido que ocasiona la monotonía de la labor.

• Utilización abusiva del trabajo de la mujer y de los adolescentes, si no media una reglamentación adecuada.

Áreas de aplicación de la división del trabajo:

La división del trabajo no puede aplicarse por igual a las diversas especialidades de la actividad humana.

La industria manufacturera o fabril la admite en un grado máximo, en grado menor el comercio, en grado todavía menor la agricultura, en la cual es necesario que un mismo hombre se aplique a muy distintas operaciones.

Muchas veces la división del trabajo se aplicó y se aplica en forma egoísta.

Es por ello que la ejecución del trabajo debe estar rodeada de todas las precauciones y garantías que tornan más justas y humanas sus condiciones.
Por muy recomendable que pueda ser la división del trabajo, hay que precaverse contra toda desviación que convierta al obrero en autómata y disminuya su capacidad intelectual.

El trabajo debe, por el contrario, afianzar y aumentar el dominio de esas facultades, logrando la felicidad del hombre para que pueda así confiar en su capacidad y tener conciencia de su valer.

Clases de trabajo y sus problemas

El trabajo puede ser:

• En relación de dependencia, cuando se realiza para otros y se recibe una remuneración.

• Independiente, cuando se hace por cuenta propia.

El trabajo en relación de dependencia puede tener la desventaja de las bajas remuneraciones, cuando el patrón o empresario no contempla:

• la capacidad y eficiencia del empleado y su rendimiento;

• las necesidades mínimas (personales, familiares y sociales) de la persona que trabaja para él.

Las leyes laborales modernas tratan de aliviar estos inconvenientes obligando al empleador a respetarlas.

El trabajo independiente, por su parte, tropieza en muchos casos con la disponibilidad de bienes (locales, capitales, cantidad adecuada de materiales, herramientas), que hacen posible el adecuado rendimiento del esfuerzo realizado.

Es deber del estado proteger a la pequeña y mediana empresa.

La Iglesia Católica dedica especial atención a este tipo de actividad laboral porque:

• permite la relación más estrecha entre obrero y patrón, con el consiguiente conocimiento mutuo de sus necesidades e inquietudes;

• facilita el desarrollo de aptitudes personales;

• contribuye al perfeccionamiento del producto, por la atención directa que recibe su elaboración.

Un adecuado equilibrio entre la acción de las grandes empresas con personal numeroso y justamente remunerado, las medianas y pequeñas empresas y el trabajo personal e independiente, es el camino justo para lograr dentro de un país la realización del hombre y el respeto de su dignidad.

AHORRO Y PREVISIÓN

El ahorro

El ahorro consiste en dejar de gastar el total de los ingresos para reservar algo para el futuro.

En su forma más simple se trata del ahorro individual, practicado particularmente por cada persona.

Sin embargo, en la práctica se recurre a instituciones especializadas (cajas de ahorro, bancos, etcétera), donde se depositan ios fondos y se pagan intereses.

El ahorro, en países de economía estable, es una buena costumbre digna de practicarse ya que acostumbra a las personas a valorar sus ingresos, a privarse de cosas superfluas y a protegerse para el futuro (vejez, enfermedad, invalidez).

La previsión es una forma de ahorro organizada de una forma que el dinero ahorrado se administra de tai manera que, sean cuales fueran los cambios económicos que sufra un país, los montos depositados se transforman en un momento dado (por jubilación, vejez, invalidez, enfermedad) en una entrada segura y constante que protege a la persona beneficiada con el sistema.

Actualmente la previsión se ha convertido en una necesidad y obligación social.

El estado y los particulares están obligados a destinar pane del dinero obtenido por el trabajo a integrar los fondos que se utilizan para cumplir los fines que persigue la previsión social:

• Protección de las personas en el orden económico.
• Salvaguardar la dignidad humana frente a los peligros de la vejez, la invalidez, el desamparo, etc.

El que elude las obligaciones que imponen las leyes de previsión (tanto empleadores como empleados) atenta contra el sistema y comete un verdadero delito social.

La cooperación

La cooperación o cooperativismo asocia a determinado número de personas que aportan capitales y a veces también trabajo, cuyos beneficios favorecen a los propios asociados. Las cooperativas pueden ser:

Cooperativas de crédito, en las que los capitales son destinados a facilitar a los asociados sumas determinadas, a ínteres razonable, para ampliar un negocio, construir una casa, adquirir bienes de consumo, etc.

Cooperativas de consumo. En este caso los capitales se invierten en mercaderías que, compradas en grandes cantidades, pueden llegar al socio a precios mucho más bajos que los ofrecidos en el comercio común.

Cooperativas de producción, en las que se asocian el capital y el trabajo para llevar a cabo una empresa, y los beneficios se reparten equitativamente entre capitalistas y trabajadores.

Fuente Consultada:
Formación Moral y Cívica Capitulo IV  de Blas Barisani  Editorial Estrada

Enlace Externo: Historia Economica


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