Mito Sobre el Reparto del Mundo de la Post Guerra
MITO:Reparto del Mundo entre los Aliados
MITO: En la conferencia realizada en Yalta entre Roosevelt, Churchill y Stalin, donde se planeó la división del mundo tras la guerra contra el Eje, los grandes errores de negociación de Roosevelt y Churchill provocaron lo que sería el propio generador de la Guerra Fría dado que Occidente le “regaló” a Stalin una amplísima área de influencia en Europa Oriental y Asia.
Muchos países que antes de la guerra no contaban con regímenes comunistas ahora padecerían esa cruel dictadura aumentando el poder de la URSS. Si Roosevelt y Churchill hubieran negociado de manera más dura, el comunismo no habría llegado a ser lo que fue en cuanto a extensión geográfica.
• REALIDAD:
A Estados Unidos y Gran Bretaña les resultaba virtualmente imposible negarle a la Unión Soviética vastas zonas de Europa oriental y Asia.
Es necesario recordar que antes de la guerra Hitler ya habla ofrecido a Stalin un “área de influencia” que abarcaba los países bálticos y partes de Polonia y Rumania, entre otras zonas de Europa Oriental.
Esas áreas de influencia ya las tenía la URSS antes de entrar en guerra. Gran Bretaña posteriormente hizo todo lo posible para que ésta entrara en la guerra, pues ésa era su única oportunidad para derrotar a Hitler.
Forjo tanto, dado que la URSS resultó uno de los vencedores, no había manera alguna de negarle una zona de influencia aún mayor.
Además el mayor costo material y en vidas humanas de la guerra lo habla pagado la Unión Soviética dado, que la guerra en el frente oriental adquirió niveles de inhumanidad y salvajismo que jamás tuvo en el frente occidental.
Los soviéticos perdieron más de 20 millones de hombres en el combate.
¿Cómo negarle entonces a Stalin una ampliación de la zonas de influencia soviética tras el conflicto?.
Resultaba virtualmente imposible. Pero hay más razones por las cuales a la elite le interesaba una ampliación importante de la zonas de influencia soviética.
En primer lugar, una Unión Soviética con varios países socios y afines en su régimen comunista ofrecía la posibilidad de una prolongada Guerra Fría, y la misma posibilitaba una carrera armamentista importante tanto en Oriente como en Occidente.
La industria bélica era —y es— socia de los bancos y las empresas petroleras manejadas en las sombras por esa reducida elite.
Sin embargo ése tampoco es el principal factor por el cual deseaba un mundo dividido en dos bloques durante unas cuantas décadas.
Como hemos visto, la cúpula del partido bolchevique ya desde 1917 había sido financiada y promovida por la elite globalista con el fin de que derrocara al régimen zarista zar Nicolás II, su acérrimo enemigo.
A cambio de ello, y mientras Occidente se difundía una fuerte propaganda contra el régimen soviético en los medios de comunicación, la elite consegu a socia en la explotación de los recursos naturales de la URSS, lo que antes sólo había conseguido a cuentagotas.
Además, la misma elite había conseguido ser el proveedor monopolista financiamiento y tecnología del régimen soviético, relación q se mantenía en el mayor secreto posible en Occidente.
Por lo tanto, la elite globalista no era otra cosa que una excelente socia del Partido Comunista soviético.
Si la Unión Soviética pasaba a controlar vastas zonas de Europa Oriental y Asia era posible también controlar económicamente de manera indirecta a los nuevos países que se incorporaban al área soviética.
La cute ya había financiado de forma diversa a los principales teóricos tanto del sistema capitalista como del comunista y creía que según el caso, el país del cual se tratara, convenía aplicar uno u otro régimen.
En países occidentales, y sobre todo en los que no habla fuertes tendencias nacionalistas, generalmente optaba por sistemas políticos democráticos y económicos de tinte capitalista.
En cambio, en países orientales más atrasados en los que no había tenido demasiada penetración y en los que los sentimientos nacionalistas podían ser muy fuertes, el régimen comunista era el que prefería.
El comunismo soviético se tentó de manera sistemática borrar toda huella de la cultura rusa, y posteriormente, de la de los demás países de la órbita soviética.
Ello era sumamente conveniente a los deseos de penetración de la elite en países de mentalidad hostil a la penetración extranjera.
Si se entiende esto, se comprenderá que la decisión de Yalta en zonas de influencia de Estados Unidos y de la Unión Soviética se debió a los designios de la elite y no a errores de negociación por parte de Roosevelt y Churchill.
Fuente Consultada: Nadie Vió Matrix de Walter Graziano
Enlace Externo:• Video Fin de la Segunda Guerra Mundial