Historia Iglesia de las Catalinas, Convento Monjas Catalinas
HISTORIA IGLESIA Y CONVENTO DE LAS CATALINAS EN BUENOS AIRES
La creación de la iglesia y convento de las monjas catalinas en Buenos Aires se debe a gestiones hechas por el doctor Dionisio de Torres Brizeño ante el rey de España.
Resultado de ellas fue que por Real Cédula del 27 de octubre de 1717 se aceptó la donación de cuarenta mil pesos hecha por el mencionado Brizeño.
Las monjas no tenían en aquella época otra residencia en todo el país que la ciudad de Córdoba del Tucumán y de allí vinieron cuatro para habitar el monasterio.
Adquiridos los solares en la esquina de las calles México y Defensa, frente a la vieja Casa de Moneda, se procedió a la construcción del primitivo convento en 1727, de acuerdo con planos del hermano jesuíta Andrés Blanqui.
Estando los muros del monasterio a una altura de cuatro varas aproximadamente, hubo de paralizarse la obra por fallecimiento de Torres Brizeño.
Como el gobernador de Buenos Aires, don Bruno Mauricio de Zabaia, tenía gran empeño en terminar el convento, ordenó como medida primordial una tasación del mismo.
Pero a pesar de que los encargados de la obra, el padre Prímoli y el ingeniero Domingo Petrarca, afirmaron que lo ya construido estaba en buenas condiciones y en terreno lo suficientemente amplio, se sacó a remate, y le fue adjudicada a Juan de Narbona, famoso contrabandista de la época, en la suma de cincuenta y tres mil pesos.
Iglesia de las Catalinas
Este personaje, quién sabe por qué ocultos intereses, propuso trasladar el convento al barrio del Retiro, y al mismo tiempo presentó un nuevo trazado.
Además del precio estipulado, Narbona solicitó nueve negros para emplearlos en los trabajos, así como 1.300 fanegas de cal, y todas las maderas, clavos y herrajes de la obra, que iba a quedar abandonada.
En 1752 el rey ordenó una investigación por habérsele denunciado que Narbona había cobrado lo convenido sin estar terminado el nuevo convento.
Con anterioridad el padre Prímoli había estudiado un plano que venía a completar y continuar el trazado por Blanqui para el primitivo terreno de Defensa y México.
Narbona destruyó, pues, este segundo plano, y en diciembre de 1737 consiguió del gobernador Salcedo la compra de un terreno.
El mismo ubicado en la esquina donde hoy está, Viamonte y San Martín, propiedad de don José Muñoz y de doña Victoria Cueli.
Aunque los cabildantes, por una orden expresa del rey, y el vecindario se opusieron al traslado del convento, aduciendo que quedaría muy alejado, y que tanto los confesores de las monjas como las personas compradoras de dulces y labores se verían en dificultades para llegar hasta allí, debido a las zanjas y baches del camino, se procedió a su edificación en el nuevo solar.
El gobernador aceptó la variante, pero debió, por su desobediencia, pagar una multa de seis mil pesos que le impuso el rey.
El convento e iglesia de las Catalinas, cuya construcción se había iniciado en 1738, fue inaugurado el 21 de diciembre de 1745, sin estar todavía totalmente concluido.
El campanario, hecho ese mismo año, es famoso aún por el armonioso sonido de sus campanas.
La iglesia posee en sus altares imágenes de gran valor artístico, logradas en su mayoría por el empeño de las monjas.
En un principio la fachada del histórico templo presentaba todas las características de la línea arquitectónica seguida en sus muchas construcciones por los padres Blanqui y Prímoli.
Pero a partir de las primeras décadas del siglo actual las continuas modificaciones introducidas en su frente hicieron que fuera desapareciendo por completo aquella característica tan propia de los mencionados arquitectos.
Este convento, al igual que otros de Buenos Aires, fue ocupado durante la segunda invasión inglesa.
El 5 de julio de 1807 las tropas británicas se introdujeron con violencia en el interior del monasterio, y sólo por la presencia de ánimo de las valientes mujeres y la protección de un oficial católico no llevaron más adelante su sacrilegio.
Abandonándolo el día 7, pero no sin antes haberlo saqueado, "dejando en muy grande pobreza a las cincuenta y ocho religiosas y doce sirvientas que lo habitaban", según reza un informe de la época.
La iglesia y convento de Santa Catalina de Sena fueron declarados Monumentos Históricos por Decreto N° 120.412 del 21 de mayo de 1942.
Fuente Consultada:
Los Monumentos y Lugares Históricos de Argentina Carlos Vigil -Edit. Atlántida-(Atención: Puede que el nombre de algunas calles de la Capital Federal hayan sido modificados)
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